Colaboración en la revista Masticadores, donde comparto uno de los poemas de mi libro inédito Piedra que mengua y un dibujo de una serie relacionada con el poemario.
Anoche, cuando dormía
−recostada mi piel sobre el mundo−
mis pechos de paloma,
mi cabeza,
y mis brazos en cruz,
navegaban
ensueños.
Y en cama de cristal mi mente ardía:
brumosas procesiones de vapores,
volcanes y orogenia,
un vals de continentes
siguiendo ese compás de las edades.
Y centurias de años,
plancton, peces, reptiles
que luego levantaron sus afanes,
irguiendo y conquistando las planicies.
Y esa voz que rugía
desde cada minúscula espora,
que anunciaba tan alto
su pasión de crear y decirse,
su pulsión de nacer y morir,
y volver a mirarse
en espejos de piedra o de agua,
en espejos de bosque o de cielo.
Anoche cuando dormía,
mi latido se unió a su latido,
a la respiración
de este milagro.
Anoche cuando dormía
(Antonio Machado)
NOTA DE LA AUTORA
En esta serie realizada en blanco y negro, a plumilla, he acercado mi mirada a la piedra como elemento potenciador de metáforas, y buscando posibilidades expresivas al ponerla en relación con otros de un entorno imaginario y sensitivo. Juego con los versos (las palabras) y con los espacios vacíos (el silencio). Esta pequeña propuesta fue elaborada durante mi residencia literaria en Óbidos, concedida por Granada Ciudad de Literatura UNESCO. He intentado que la sutileza del trazo, la geometría de las composiciones trasladen al lector a los orígenes de la poesía visual en los que las palabras y las imágenes dialogaban en estrecha armonía. Los textos incluidos en estas ilustraciones pertenecen a mi libro inédito “Piedra que mengua”, os dejo con una muestra de mi trabajo.
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