domingo, 27 de septiembre de 2020

El deleite

Por fin en mis manos el poemario “El deleite”, que tuvo la suerte de resultar ganador en el XXXII Certamen Literario “Joaquín Lobato” (Vélez-Málaga). De este conjunto, que trata sobre el amor desde una visión celebrativa, he escogido seis poemas para compartirlos en el blog. Espero que los disfrutéis. Al ser una edición no venal, no se podrá conseguir en las librerías, pero sí descargar como libro electrónico a través de Amazon. Os dejo con las portadas en sus dos versiones.
 





SIMILITUDES


Agudo como canto de campanas,

con prisa e inquietud,

así,

así sueles venir,

y queda atrás el hoy que entretejía.

El hoy…

cómo te teme.


Tú, gran derrocador.


Y si los aguijones del pasado

se entierran con sus tramas en mis letras,

llega tu cuerpo-espada y me sacude.

Tú traes ese sello,

una espiral de nuevas añoranzas.


¿Moverás mis hechuras y el tiempo

más allá de mi muerte?



VISITA


Cuando quedo agotada de amar,

cuando me aferro a ti

-metal incandescente-,

cuando soy un collar

de perlas

que ha perdido

su hilo por la cama,

cuando todo este fuego

se nos torna ceniza,

entonces me visita

la paz.



TEOREMA

 

Centesimal

finito

tan de restas

es mi vocabulario     tan vacío.

No puedo hablar de ti

de tu compleja tabla de variantes.

Y eso que era yo

la que decía:

el día es una recta hacia la noche

y miden setecientas hectáreas mis anhelos.

yo fui la que cantaba los axiomas

secretos            de los días

la atenta pescadora

de ríos de papel.

Y hoy mis mediciones

no logran apresar la intimidad

no pueden dibujar con precisión

la curva de ese hueco

que dejan tus rodillas.


Yo que atajé pronombres doblando las esquinas

y abusé del licor de una vocal

                heme aquí

sin texto para el tímpano

y tu definición que rueda

que se pierde

                que cae

                     cuesta

                          abajo.

Eres teorema

blanco de preguntas

caleidoscopio ardiente

núbil

pasajero.

Se queda tu rumor sin expresión al filo de mi lengua.


No puedo adjetivarte

no puedo retratarte

en un poema.



OÍDO


Acércate al reinado del oído,

desciende a su rosado pabellón,

planea como un ave

encima de su gruta.


Y entibia las palabras o humedece

la trabazón aérea de las frases

que dictan tus impulsos.


Y sé reiterativo si te place,

osado al escoger

la historia, los poemas que me avivan,

que toda mi jauría se despierta si escucha tu llamada.


Ah, ¿cómo prohibir

al tímpano que guarde

cada risa y ahogo,

cada voto y suspiro

que sale del arroyo de tu boca?



RETRATO


En el olor abierto de la cama,

tu cuerpo recostado.

Tobillos: escuadra y cartabón.

Suaves líneas te forman,

tan llenas de tensión que coronaran

este decir

de dádivas y ruegos.



INCLINACIÓN


Sólo sé

cuidar de cada pausa entre los días,

cada gesto

alumbrando

(con mi boca candil)

aquella expectación

que me visita.

Comprended

si no puedo

hablar con ese idioma de ganancias,

de apuestas

y ascensiones.


Dadme un hogar

y dadme el horizonte de una mesa

que empieza en lo pequeño mi batalla.


Solo sé definirme

en el rito de amar.


El vuelo de la arcilla.

Esta antología reúne el trabajo de la ganadora y veinte seleccionados del certamen de poesía “Geoverso en el Geoparque” más las colaboraciones de numerosos poetas invitados de toda la geografía española. En el libro se fusiona -de manera armónica pese a la diversidad de voces- la defensa del medioambiente con la poesía.
Agradezco a Carmen Hernández Montalbán su gran labor en la coordinación del proyecto.
Os dejo con la portada del libro y mi aportación.

 


 

CONTRA EL HOMBRE


Como termita,

más fiero que el insecto que me horada,

sin compasión expolias y arremetes,

así,

mísero,

hambriento de mi pulpa,

desquiciado,

vienes a mis dominios y acorralas

mi libertad de espora.


Impides a la oruga ser del aire,

no dejas que los troncos

ensanchen su virtud,

arrasas y destruyes

la médula del mundo,

derribas cada una de las piezas

que el tiempo fue ordenando en sus edades.


Para tu orgullo, plantas venenosas;

la fiereza del híspido cactus,

un diluvio de polen y asfixia,

un látigo de zarzas,

espinos que te impidan ver el sol.


Vendremos desde arriba,

del reducto,

del bosque que resiste en la frontera

contra ti, dictador,

tirano que copula con la muerte. 

 

Antología poética "El vuelo de la arcilla" Editorial Hebras de Tinta, segunda edición.

sábado, 26 de septiembre de 2020

"Somos" (Genialogías)


Es un honor haber sido incluida en "Somos", la antología no venal que celebra el V Aniversario de Genialogías, la Asociación Feminista de Mujeres Poetas. Os dejo con la portada y con el poema con el que colaboro.
 






LA QUE MULLE LA TIERRA


Dejadla que ella sea la que limpie
el terreno de maleza,
la que cure con humus las heridas,
la que vigile
aquella rotación de los cultivos,
la que consuele al valle
con suaves movimientos.


Ella sabe crecer sin tutor
(felicidad furtiva),
va tamizando el mundo con cedazos
que en nada se parecen al orgullo,
recoge lo invisible
en silencios de plásticas voces.


No emite juicios, habla a cada planta,
al cedrón, a la ruda, al bailahuén,
más bien escucha
al paico, a la melisa, al arrayán.

 
Dejadla que ella sea la que trace
los músculos de un soto,
la que suture
la sombra forestal de los tajos,
para alumbrar la sangre que nos riega.



martes, 15 de septiembre de 2020

"Nuevo pacto" recitado por Manuel Neto Dos Santos

Agradezco al querido poeta y amigo Manuel Neto Dos Santos el haber traducido mi libro “El relámpago en la habitación”. Os dejo un vídeo con su lectura del poema “Nuevo pacto”. Veréis qué dulce suena en portugués.


Reseña de Jardín imposible en Encuentros de lecturas

Comparto la magnífica reseña de "Jardín imposible" que el poeta y crítico Santos Domínguez ha publicado en su blog Encuentros de lecturas. Mil gracias por hacerse eco de mi trabajo.


BOTÁNICO

No es mío este vergel
pero conmueve
la punta de mis dedos
igual que si yo fuese
la que cavó la tierra
la que agitó el secreto de su entraña.

Su forma confinada por los hombres
su estampa que no arresta
los ojos sucesivos que lo cruzan
el bálsamo volcado en la aridez.

Este jardín
es mi alma
aquí se ha detenido
en esta colección de girasoles
que crecen más allá de mi dolor.

Ese es uno de los poemas de Jardín imposible, de Marina Tapia, que publica el Ayuntamiento de Baena con ilustraciones de Guillermo Rodríguez de Lema.

Imaginación, sensibilidad y conciencia estilística se conjuran en este libro para hacer brotar un jardín de palabras crecido a la luz cálida de la mirada delicada y plástica de Marina Tapia desde la semilla que germina en la "botánica fantástica" y las "figuraciones vegetales" de las que habla en el prólogo Ángel Olgoso.

El misterio de la naturaleza que recorre los poemas de este libro reclama de quien lo contempla no sólo una respuesta sensorial sino también una propuesta conceptual, una invención imaginativa en busca de sentido.

Y para dar esa respuesta desde el asombro y las iluminaciones, desde la mirada interior y la ambición expresiva, Marina Tapia proyecta su yo en un desdoblamiento vegetal que convoca en sus poemas el herbario secreto y metafórico del códice Voynich, el agua lorquiana de Aynadamar, la fuente de las lágrimas, los árboles exóticos y toda una sucesión de híbridos: de gato y helecho, de brújula y boscario, de hombre y alga, de pájaro y palmera, de glicinia y gaviota, del enigma compartido entre la Indian Pipe, la planta fantasma, y Emily Dickinson.

En esas yuxtaposiciones alegóricas, en esas metamorfosis de ida y vuelta entre lo vegetal, lo animal y lo humano está la clave metafórica de un libro en el que la fusión con la tierra o la identificación con las plantas hasta darles voz culmina esa sucesión de imágenes que no sólo son una proyección del yo lírico sino que además asumen el interior vegetal en un viaje a la semilla, en un revelador viaje iniciático que tiene mucho que ver con el itinerario adánico hacia el jardín de las Hespérides.

Esa concepción de la poesía como búsqueda, esa actitud receptiva y religiosa ante las revelaciones encuentra su mejor cauce expresivo en el tono salmódico (ya decía Kafka que la escritura era una forma de oración) que unifica muchos de estos poemas. Así ocurre ejemplarmente en este espléndido Amapola, uno de los mejores del libro:

Despertad al que duerme en las flores / al ángel del jardín / a la leona que vive en mi interior. / Sacad ese rugido del pistilo que quiere madurar. / Me alumbra la pasión de la amapola / me agita / me enceguece. / Quiero decir / fuerza / no pavor / estrépito / no mansa compostura. / Y la boca entreabierta y su acento /de ráfaga / frescura  / de turbión.

Poesía Instante Infinito 20

Comparto la grabación en Youtube del programa nº 20 de Poesía Instante Infinito, en el que -gracias a Pedro Enríquez y Nicasio Urbina- tuve el placer y el honor de compartir un encuentro poético el pasado 11 de septiembre con ellos y con Balbina Prior, Marina Tapia, María Clemencia Sánchez, Javier Gilabert y Roberto Arizmendi.


Reseña de Jardín imposible en Puentes de papel

Comparto -y agradezco de corazón- la exquisita reseña que el escritor y crítico José Luis Morante ha publicado en su blog Puentes de papel. Un texto lleno de generosidad y de belleza.


FLORACIONES


   Residente en Granada desde el 2000, Marina Tapia (Valparaíso, Chile, 1975) ha desarrollado un activismo cultural sostenido con una doble faceta, plástica y literaria. Desde 2013 hasta el presente, ha llevado a imprenta cuatro entregas poéticas, la última de las cuales, Jardín imposible, reconocida con el Premio Luis Carrillo de Sotomayor, se edita con ilustraciones de Guillermo Rodríguez Lema y lírica introducción del narrador Ángel Olgoso. Del atinado prólogo, extraigo esta síntesis de la entrega: “Marina teje una melódica red verbal que atrapa al lector, levanta estructuras de una delicadeza prodigiosa, recoge las palabras en su intimidad de emociones e intuiciones para hacerlas fulgurar en un segundo eterno”. Nos hallamos, por tanto, frente a un ideario que vela lo narrativo para construir una realidad trascendida que unifica sustratos oníricos y el influjo fuerte de la naturaleza. El entorno y los elementos que afloran a nuestros sentidos no son meros indicios botánicos sino muestras vivas de una existencia al paso, cuajada de símbolos.

 Tras las solemnes citas iniciales – Empédocles, Emily Dickinson, Juan Ramón Jiménez y Pablo Neruda- Marina Tapia recurre a la personificación para hilvanar un vistoso soliloquio de la flor ante la belleza en vuelo del colibrí, cuajado de un erotismo hedónico que habrá de sonar con más fuerza en el poema “Aposento y tiniebla”. Pero el sustrato temático es abierto y propaga bifurcaciones dispares. Así el segundo poema elige la magia ilustrada e indescifrable del manuscrito Voynich, una obra anónima de singular rareza, posiblemente concebida en el siglo XV, contraponiendo en los versos el misterio insondable de aquella tiniebla comunicativa con las sensatez insulsa de un ahora banalizado y estéril, que anula la imaginación con su ramplonería verbal.

   En este juego de planos argumentales está también el recuerdo de Federico García Lorca, la intensa presencia de una naturaleza cuajada de formas convertidas en un semillero de preguntas. El olor renacido, que persiste en el aire, abre el cofre de nuevo de aquella sensibilidad modernista con la que Rubén Darío revolucionó el austero paisaje poético de la generación del 98. Como un soliloquio exhortativo se concibe el poema “La Guardiana”, donde se insta al vegetal a mantener intacta su prístina existencia y el cumplimiento de los ciclos estacionales, frente al aleatorio destino del hombre azotado por sus continuas circunstancias.

   La dicción cuidada y específica de Marina Tapia, que aporta una cadencia expresiva muy personal, se mantiene en el poema en prosa; el molde formal se integra sin desgarros en el avance lírico de Jardín imposible  y está presente en otros textos como “El árbol”, “Canto de la tierra a una semilla” o “Palabras de una flor ornamental”.

   Los nudos argumentales de Jardín imposible muestran la singularidad de un territorio poético en el que nunca se ocultan el esplendor expresivo y el callado rumor de la belleza. Esa esencia de estar en un mundo fértil que late inadvertido, más allá de la apariencia, para integrase en nuestras percepciones, para hablar al pensamiento poético y ser fuente de inspiración y permanencia.