sábado, 16 de septiembre de 2023

Comparto con ilusión esta reciente publicación en CaoCultura acerca de un libro que es una verdadera e impresionante experiencia literaria: 'Obra Completa. II Ensayo y géneros afines’, de Eugenio Montejo. Espero que os gusten mis palabras (quizás la reseña más extensa, completa y de la que estoy más satisfecha).



FULGURACIONES MENTALES EN EL TRÓPICO 


Hay quien lee para entrar en una historia ficcionada, hay quien lo hace para sentir las pulsaciones líricas de otro espíritu, y hay quien sólo desea navegar a mar abierto por la mente de un pensador, para ser parte de su bogar por reflexiones densas y brumosas. No es tan habitual que nos aficionemos a la lectura de ensayos o reseñas, tampoco lo es que los poetas disfruten escribiéndolas casi más que realizando su obra personal. Ha sido un verdadero disfrute convivir durante los últimos meses con la ‘Obra Completa. II Ensayo y géneros afines’, de Eugenio Montejo. Pocas veces un libro cala en uno de manera tan especial, y desata tanto entusiasmo renovando a su vez la mirada. Publicado por la editorial Pre-Textos en 2022, este volumen al cuidado de Antonio López Ortega, Miguel Gomes y Graciela Yáñez Vicentini es una muestra de lucidez, humanismo y de amor por la expresión escrita.

Al transitar por el laberinto de las anotaciones de nuestro poeta, profesor e investigador venezolano, las compuertas de su mundo se dibujan y acomodan delicadamente en nuestra escucha. Y, al terminar de leer este generoso tomo, se diría que seguimos escuchando la cálida retórica del autor, que ha penetrado con fuerza en nuestros sentidos y pensamientos y, cada vez que se dispara una idea nueva, buscamos el cobijo de su mirada honda y celebrativa de la realidad. Montejo es uno de esos escritores que marcan, que propician un diálogo fértil (e interior) cuando parece comentar con nosotros sus lecturas y observaciones.

Late en todo articulista un curioso y particular afán didáctico, un deslumbramiento expansivo por la cultura, una alegría generosa que quiere compartir con los demás. Y en Eugenio Montejo vemos todo esto. Cualquier suceso artístico que llama su atención es motivo de una fiesta lingüística: puede detenerse en la importancia del monosílabo, en una exposición de pintura en particular, o acercarse a todo un movimiento literario. Él nos traslada, de manera lúcida y amable, serena y colorida, a su época, a su país, a su continente y al perfil de las tierras que recorrió. En una especie de auto sacramental, reverencia el intelecto, los valores, la belleza del arte y del lenguaje de nuestra especie. Estas páginas suponen un maravilloso cofre de tesoros para aprender e indagar en diversas materias. Autores muy conocidos como Neruda, Cavafis, Paz, Cernuda, Borges o Valéry están presentes, así como una escogida muestra de interesantes creadores venezolanos (Andrés Bello, Ramos Sucre o Rafael Cadenas ).

Encontraremos también en el libro múltiples acercamientos a lo que es y a lo que significan la poesía y el idioma: enfoques, aproximaciones, datos desconocidos que enriquecerán y ampliarán nuestro bagaje porque, como él decía, “las palabras se van puliendo al rodar entre los hombres, como las piedras de un río, y las que perviven resultan a la postre las más estimadas por el alma colectiva”. La lengua, esa construcción múltiple, siempre empapada de otras voces lejanas y anónimas, siempre renovándose con cada generación que llega, siempre motivo de gratitud a los que nos precedieron, se convierte en diana de sus observaciones. En palabras de Montejo, la lírica es “el melodioso ajedrez que jugamos con Dios en solitario”.

El compendio está dividido en tres partes, ‘La ventana oblicua’, ‘El taller blanco’ y ‘Prosas misceláneas’. Y aunque las meditaciones del volumen versan mayoritariamente sobre el arte poético, sobre la poesía en un tiempo sin poesía, tratan también otros temas que van desde el ‘I Ching’ y las artes plásticas hasta el ciclo de la Tabla Redonda, desde el alfabeto y la Cábala hasta la aventura surrealista y expresionista.

Eugenio Montejo, en su discurso de aceptación del Doctorado ‘honoris causa’ de la Universidad de los Andes de Mérida (que aparece en este libro), mostró su devoción y deslumbramiento por nuestro idioma: “Una vida destinada a servir la poesía no sólo como un menester de verbal ornato y refinamientos expresivos, que también son de atender, sino como indagación de cuanto la palabra poética puede hacer para elevar a los hombres en nuestra común existencia”. Fiel a esta autoexigencia y a este deseo, Montejo nos ha dejado un conjunto de reflexiones lentas y reposadas, nacidas de su vocación de servicio al lenguaje.

Y comulgo con esta actitud implícita de su escritura, la de un autor que detiene su mirada en otros creadores, que sale del círculo del “yo” y del ego para brindar la calidez de su trabajo a otros hermanos de batallas y cruzadas inmateriales. Este ejercicio de escoger citas y pasajes, de darnos el poso en vez de la taza de café, de regalarnos la miel obtenida del polen de la cultura, este acto amoroso para con los lectores que buscamos asir y comprender el universo, mirar el pasado y analizarlo es, en Montejo, una acción admirable. Porque casi podemos sentir el cariño con que realiza su cometido: su amoroso tono verbal, la cuidada búsqueda de la precisión y la imagen para apoyar lo que cuenta, el entusiasmo y el colorido de su prosa dan, en todo momento, buena cuenta de ello. Valoramos su dedicación hoy más que nunca, en estos tiempos en los que una avalancha turbia de información nos desnorta, en este siglo de prisas cuando todo parece inabarcable; sí, es en este trance en el que necesitamos esa voz del ensayista que facilite nuestra labor de acopio. Sus reflexiones curan, abren ventanas, oxigenan, y nos hacen comprender (de una forma más global) el lenguaje que se ha asentado −con sus particulares formas− a ambos lados del océano atlántico, ese castellano mestizo y empapado de historias y de pueblos que, como ninguno, muestra quiénes somos y a dónde vamos.

Desearíamos que siguiera decantándose la creación a través de voces tan equilibradas, sabias y porosas como la de Eugenio Montejo y de otros como él. Desearíamos, como lectores, estos lúcidos resúmenes, estos perfumes de letras almizcladas, estos compendios que glosan tan bien el quehacer cultural de todo un siglo. Agradezco tener entre mis manos su ‘Obra Completa’, e invito encarecidamente a entrar en ella. Pues, como dijo el mexicano Adolfo Castañón tras el fallecimiento de Montejo en 2008, nos hallamos ante un “hermano mayor y maestro en el arte de ordenar las palabras y la vida, poeta grande y escritor mayor”.

Emocionante y confesional resulta, en especial, el texto ‘El taller blanco’, titulado como uno de los bloques, donde el poeta rememora y relaciona el oficio de su padre panadero con su vocación literaria: “Los panes, una vez amasados, son cubiertos con un lienzo y dispuestos en largos estantes como peces dormidos, hasta que alcanzan el punto en que deben hornearse. ¿Cuántas veces, al guardar el primer borrador de un poema para revisarlo después, no he sentido que lo cubro yo mismo con un lienzo para decidir más tarde su suerte?”.

Para Eugenio Montejo, la única tarea importante de un escritor es su misión fundadora, es decir, la palabra que funda porque, con este recordatorio y con el buen hacer de Eugenio, volvemos a la esencia del acto creativo, al impulso de reinterpretar −a través del lenguaje− el vasto mundo en el que vivimos, de remozarlo o reconstruirlo bajo nuevos prismas.

miércoles, 6 de septiembre de 2023

Residencia en Óbidos para escritores

Un honor y un gusto haber sido seleccionada para la Residencia Literaria en Óbidos (Portugal), promovida por Granada Ciudad de Literatura Unesco.
Durante la estancia en esta linda localidad portuguesa, desarrollaré un nuevo proyecto, basado en la poesía visual, que me ilusiona muchísimo hacer.
Agradezco a los organizadores de este programa internacional del Área de Cultura del Ayuntamiento de Granada que hayan tenido en cuenta mi labor creativa.




<<La poeta y artista plástica Marina Tapia ha sido seleccionada entre una docena de candidaturas para disfrutar de la sexta Residencia literaria de un autor granadino en Óbidos (Portugal). Tras el parón de 2020 y 2021, el año pasado volvió esta residencia que en 2023 consolida y estabiliza su posición como una de las actividades internacionales de Granada Ciudad de Literatura Unesco, el programa internacional del Área de Cultura del Ayuntamiento de Granada. 

La residencia, que va a tener lugar durante todo el mes de octubre de 2023 en la localidad portuguesa de Óbidos, Ciudad Unesco de Literatura, al igual que Granada, forma parte del proyecto conjunto entre Granada Ciudad de Literatura UNESCO y Óbidos Villa Literária con el objetivo de promover la internacionalización y el intercambio de nuestros respectivos escritores. La primera materialización del proyecto fueron dos residencias literarias de un mes en Óbidos durante los meses de abril y octubre de 2018, ganadas por Begoña Callejón y Alejandro Pedregosa respectivamente. En abril de 2019 fue Juan Domingo Aguilar el ganador de la residencia, Cristina Gálvez la beneficiaria en octubre de 2019 y Antonio Pomet en 2022.

Durante su estancia en Óbidos, Marina Tapia desarrollará su nuevo proyecto, basado en un sólido trabajo en torno a la poesía visual o poesía concreta. Además, será invitada a realizar un acto público en Óbidos, en el marco del festival literario FOLIO>>.
Comparto la reseña "La pasión según Dick Tracy" del excelente poeta chileno Juan Cameron. En Masticadores. Espero que os gusten mis palabras.



            “La Pasión según Dick Tracy” del escritor chileno Juan Cameron (RIL Ediciones, AEREA, Carménère, 2017) es un libro con un espíritu inquieto, crítico, desvergonzado a la vez que lírico y profundo, que indaga acerca de nuestra identidad fraccionaria y errante, que late y se sitúa en diversos  referentes culturales.

            El poemario está dividido en tres partes: “La pasión según Dick Tracy”, “Cuadernos y otras” y “Multitud sentada frente a un muro”. En ellas el poeta desarrolla un estilo al que ya nos tiene acostumbrados pero que siempre nos sorprende, ese uso de la ironía, del comentario agudo y contestatario con la realidad, la agilidad para saltar a diferentes asuntos dentro de un texto sin perder la unidad compositiva, el planteamiento del ser humano reflejado en los medios audiovisuales y el acercamiento a la actualidad abordada desde un lenguaje rico y desde un pentagrama rítmico delicioso. Podemos decir sin equivocarnos que nos encontramos ante un poeta que ha asimilado muy bien la tradición, que maneja como ninguno la musicalidad y los alejandrinos sin perder esa frescura, agilidad y anclaje en lo contemporáneo.

            La mirada del refugiado, del aventurero y del que se aleja de un territorio para poder experimentar lo desconocido con propiedad, está también presente en este libro como en otros del autor: “Vivíamos como pájaros en vísperas de migración”. En nuestro paseo visual y emotivo por sus textos, nos encontraremos con museos, obras clásicas de la literatura, lugares perdidos en el mapa, fotogramas antiguos, taxis que cruzan la pantalla, diversos desplazamientos y exilios, oficios remotos; en resumen, el espíritu de un Marco Polo actual que acerca culturas, épocas de la historia y sensaciones olvidadas en donde siempre reina cierta extrañeza.

            En el conjunto se va alternando un lirismo clásico con toques ágiles y poco frecuentes en poesía, y el lector celebrará cómo el autor reflexiona acerca de la sinrazón del mundo, sin caer en dramatismos y haciendo uso de un sarcasmo exquisito y de la parodia: “Es hora de colgar al bufón de la corte / sus chistes ya cercaban peligrosamente / la política del reino / y envolvió con su mofa tratados comerciales […] pues humor y gobierno deben ir separados”.

            Sandokan, Dulcinea, Li Po, Lewis Carroll, Rancière o Piranesi pasean por las páginas de este volumen tan bien editado y de tan atractiva manufactura (con sus solapas y portada amarilla sobre interior celeste). Personajes que cumplen no solo la misión de llevarnos por el laberinto de nuestras referencias sino la de dejar un sabor nostálgico, que apela a la riqueza escondida y simbólica de diversas personas reales o de personajes de ficción.

            En el imaginario de este porteño se aprecia, asimismo, una predilección por trasladar al poema el dinamismo y la aceleración de estos tiempos; en sus composiciones no faltarán los taxis, los trenes, el metro, las estaciones, el Transiberiano... Palabras con su estampa cinética, como “raudo”, “recorrió”, “navegaciones”, “adiós”, retratan ese movimiento.

            Con un lenguaje muy cuidado y un amplio espectro de referencias cosmopolitas, Juan Cameron ampliará el horizonte de nuestra mirada, haciéndonos partícipes de su vuelo sobre el tiempo y el espacio.

            Os dejo con un pequeño pero representativo fragmento esperando que os estimule tanto como a mí y os invite a la lectura de “La Pasión según Dick Tracy”. No dejéis de leer a Cameron, un autor fundamental de la literatura chilena actual.

“Yo soy el ladrillero
hago ladrillos
toscos  duros   permanentes
con aquellos levantan las casas  las ciudades
una que otra cultura para observar los astros

Crecí sobre esta tierra
moldee un hornillo
mi mujer es de tierra  húmeda, cálida
con mis manos recorro su textura de greda

No sé hacer otra cosa
yo soy un ladrillero
soy casi elemental
las civilizaciones
pasaron sobre mí como la historia

Lento es mi paso
cuando sean las ideas por todos comprendidas
las mías serán un jeroglífico".