miércoles, 29 de diciembre de 2021

SEMBLANZA DE “SOY COMO EL TRUENO”

 

    Llena de gratitud por los hermosos regalos que me envía a casa Sabina Editorial, quiero compartir mis impresiones acerca de la presente antología de la poeta catalana Anna Dodas i Noguer.

    Leyendo esta compilación suya, he sentido ese juego de espejos, ese reconocer a una hermana en la palabra, a una maestra de lo sutil y verdadero. Vi en sus versos esa postura tan parecida a la que he tenido al escribir dos de mis últimos libros, “Islario” y “Bosque y silencio”, ese “soy en el paisaje, me defino”, ese reencontrarse con la voz llameante de un puñado de escritoras que hacen suyos los lugares que transitan, que establecen con ellos una relación sagrada, casi pasional. Qué balsámico, qué sanador es ser arropada por esa mirada cálida de otra autora que, desde un mundo o una época distinta, nos hace sentirnos menos solas, menos incomprendidas. Peregrinar hacia el paisaje, volverse médium, reconocer lo que palpita, la vida interior imperceptible de los espacios, son las huellas que va dejando Anna Dodas. Juegos de luces y sombras sutiles que se proyectan sobre la piel de los seres humanos receptivos. Almas que van al encuentro de la maravilla en alpargatas, de la trascendencia con ropa de andar por casa, almas que se adentran en parajes cercanos (no a viajes lunares que sólo podrán pagarse las grandes fortunas), a los prodigios que están a nuestro alcance y que no siempre vemos.

    Visibilizar el misterio de los pedregales, de un altiplano de hielo, del cobre de las montañas, de los plenilunios, de los soles hipnóticos, de las cavernas de altos senos... es lo que plasma nuestra poeta, una realidad escondida pero viva, envolviéndola en un aura de misterio, tan presente en la naturaleza. Nombra el mundo, extrae su jugos esenciales con una voz potente, única, muy propia, sin titubeos, con una pasión medida pero efectiva. Y es fácil acompañarla por los caminos blancos de nieve, sumarnos a esa soledad clamorosa que recoge con su voz.

    Y volvemos a recordar el poder de las palabras: poder de evocación, poder de transportarnos, poder de conmovernos con tan solo una grafía sobre una hoja en blanco. Pura magia.

    Y volvemos a dejarnos guiar por el misticismo palpitante en las escritoras que registran los movimientos sutiles de la naturaleza, como Emily Dickinson, Gabriela Mistral, Elizabeth Bishop o Annie Dillard. A acceder a esa especie de salvación, al edén que nos regalan las palabras (a salvo de la tecnología tentacular), que nos brinda nuestra Lilith para la rehabilitación de los sentidos.

    La voz clara de Anna, prístina, aérea y a la vez de greda roja, nos llevará hasta esos paisajes maternales y telúricos que, en esta rapidez del existir, permanecen ocultos y alejados.

    En el impresionante “huye huye de mí caballo”, sus versos hacen ese juego de espejos del que hablaba, y me parece escuchar a la vez el poema “Ternera acosada por tábanos” de Blanca Varela.

    La poeta se debe a lo que observa, se hace una con los elementos simples y puros: “soy de vidrio/ una burbuja de vidrio con brazos/ y corazón/ vidrio quebradizo/ y dentro nada”. Su obra está llena de imágenes tan sugerentes como “Tú fuiste silencio y ahora eres espina”, “rechinan con un sonido agudo/ las complicadas maquinarias celestes/ mil estrellas que giran/ dolorosamente”. Plástica, colores y sensaciones que vibran (”y con los miembros yertos/ de plata/ los ojos de plata, la piel/ de plata,/ de plata el doloroso respiro…”), destellos de formidable intensidad como en uno de los textos más potentes, el que da título a este volumen, “soy como el trueno/ gimiente que brama en el valle/ loco de terror/ yo soy el valle/ como el rastrillo/ ciego entre piedras/ que topa con el terrón/ soy la oquedad/ vertiginosa que escupe/ agua en su salto magnífico...”

    Recomiendo encarecidamente leer y disfrutar esta antología bilingüe con prólogo de Carmen Oliart Delgado de Torres, traducida al castellano por Caterina Riba y Max Hidalgo Nácher y editada con el exquisito gusto de Sabina Editorial. 

 

                                                                                     Marina Tapia



domingo, 19 de diciembre de 2021

HOMENAJE A RAFAEL GUILLÉN

    Uno de los encuentros más bonitos que he tenido con un autor, y del que guardo un recuerdo maravilloso, fue con Rafael Guillén en la casa de nuestros amigos fuenterinos Ana Gálvez y Pepe Salobreña. Él me contó de su viaje a Chile, de cómo le impresionaron sus paisajes y sus gentes, y que todavía recordaba varias tonadas del folklore chileno, y que había rescatado algunos textos de tradición oral, trayéndolos a España. En esa velada mágica, en ese ambiente lorquiano, hasta me animé a cantar para Rafael uno de los textos que él me mencionó (con la música que me enseñó mi abuela), y también alguna que otra canción de la Isla de Pascua.
 
    Ahora, llega a casa el libro con el que se le rinde un justo homenaje y en el que he tenido la suerte de participar junto a más de cien poetas. Y vuelvo a recodar ese momento-regalo, y vuelvo a desear que Rafael perciba el cariño en mi contribución poética.
 
    Agradezco esta feliz iniciativa que ha sido coordinada con tanta dedicación por Fernando Jaén, Javier Gilabert, Juan José Castro y Gerardo Rodríguez Salas; me siento muy honrada de haber sido invitada a formar parte de un libro tan cuidado, y donde he podido disfrutar de los textos de maestras tan queridas y admiradas como María Victoria Atencia o Juana Castro.

    Os dejo con mi poema y con algunas fotos "fuenterinas".
 

 
 




RAPTO



Se existe por instantes de luz. O de tiniebla.

Lo demás son las horas, los telones de fondo,

el gris para el contraste. Lo demás es la nada”


Rafael Guillén



Escribamos poesía,

pero que sea sol, verdad rotunda,

como un deslumbramiento que acorrala.

Verdad sin más, relieve de un instante

que casi se modela con las manos.

No exista la impostura,

la locución vacía,

las letras que dan cuerda a los aplausos.


Cada vez que se abraza el poema:

escuecen las ideas anotadas,

el mundo se aglutina en las costillas,

fermenta la emoción,

y pesa todo, y vuelve

la intensidad del Hoy a dominarte.


Escribamos latidos, no versos,

como siempre buscó Rafael−

con lucidez,

con fuego,

con renuncia.


Jugar al todo o nada sobre el texto.



jueves, 9 de diciembre de 2021

BIMORFISMOS. Exposición de pintura en el Centro Artístico de Granada

    El próximo viernes 17 de diciembre, a las 19:00 horas, inauguraré la muestra en la cual he estado trabajando todo este tiempo. Tengo la suerte de ser presentada (y de contar con unas palabras introductorias) por excelente pintor José Manuel Darro, y por Celia Correa, directora del Centro Artístico. ¡Me encantaría que pudierais acompañarme! He realizado un pequeño texto poético para cada obra, mi intención es que la imagen y la poesía dialoguen. ¡Os espero!

 


 

miércoles, 8 de diciembre de 2021

OTRO MODO DE SER. Festival de poetas.

    He tenido la inmensa suerte de haber sido glosada por la excelente poeta argentina Cristina Grisolía en el Festival "Otro modo de ser" de Barcelona. "Un evento que busca dar a conocer la diversidad de voces de poetas mujeres y disidencias, y crear un espacio de reflexión y difusión que tenga a la poesía como centro". 
 



 
Algunos momentos de la lectura en el Lato Café

Cristina leyendo poemas suyos y míos

 
 
Las poetas Carmen Berasategui, Cristina Grisolía, Valentina Marchant, Alicia Morán y Ale Oseguera
 
Aquí os dejo con las palabras que generosamente compartió la poeta Cristina Grisolía:



Sección Arrecifes

    A este espacio de reconocimiento y homenaje, quiero traer a tres poetas-sedimento, que tanto me influyeron: Alfonsina Storni, casi en mi infancia; Alejandra Pizarnik, en mi juventud; Marina Tsvetaieva, en mi madurez. Pero dados mis años, hoy no leeré a estas autoras que me anteceden, sino a una de las poetas que me siguen. Es una poeta chilena que “descubrí” en la Fonoteca Global de Poesía y en la Asociación de mujeres poetas Genialogías.


Marina Tapia, nació en Valparaíso en 1975, reside en España desde el 2000 y vive en Granada desde el 2013. 

- Ha publicado: 50 Mujeres desnudas, El relámpago en la habitación, Marjales de interior, Jardín imposible, El deleite. 

- Coordinó El pájaro azul. Homenaje a Rubén Darío. Premiada. Traducida al griego y al portugués. Formó parte del Programa María Moliner, del Área de Igualdad y Juventud de Granada. Entre otros tantos trabajos y participaciones.

- Brevemente quiero decir dos palabras sobre por qué leeré a Marina Tapia en este contexto de mujeres poetas. Ante todo, evidentemente, por su finura estilística pero también porque aborda un aspecto que considero fundamental para nuestra visibilización y libertad creativa: habla del cuerpo sexual de la mujer. Fue difícil elegir un poema, pero este (del libro "El relámpago en la habitación") creo que reúne su tono poético, su delicado erotismo y su mundo oceánico originario.



CITA



          Posiblemente quepa todo el mar en tus ojos
            y quepa todo el sol en tu actitud de acuario.
                                                           (Pablo de Rokha)




Tu piel penetra en mí, completamente.

Al modo de los dioses, me acaricias.

Inventas un compás,

prometes todo el cielo,

reinados en la duna submarina.



Tú sabes distenderme.

La arena te enseñó como borrar

la huella de otros hombres.

Silencias mi pasado, sólo dejas,

la clara sinfonía del deseo

y todo el universo se conmueve.



Miradle,

barcas, rocas,

espumas anudadas en su orilla,

cómo aúna la calma y la fuerza,

cómo grita mi nombre.



Cristalina, radiante marcharé hacia la costa

después de copular con el azul.


***

    Y si me permitís, os leeré el comienzo de un poema inédito de Marina, que relacioné con las palabras de Cristina Peri Rossi que citaron, en la otra sesión del Festival. Estas palabras fueron: “hablo la lengua de los conquistadores, pero digo lo opuesto”.

El poema “Dictadura” dice:


"Aunque en tu territorio pronunciase

mis primeras palabras,



no me has parido".




viernes, 3 de diciembre de 2021

Versos que abrazan (4)

 

El viernes 26 de noviembre, en el Museo de Arte de Almería, se presentó el libro "Versos que abrazan. Poesía contra la violencia de género". He tenido la suerte de ser convocada por María Ángeles Lonardi y compartir mi poema "Disonancias" en un libro en el cual muchas entidades han colaborado (Diputación y Ayuntamiento de Almería, Museo de arte Doña Pakyta, Museo de Arte de Almería, Fundación de Arte Ibañez Consentino...), involucrándose para hacer visible las víctimas que deja cada año la violencia contra las mujeres. 
¡Ya tengo en casa el libro! Un cuidado volumen está bellamente  ilustrado por el artista almeriense J.F. Martín Pastor. 
Os dejo con la portada del libro, y con mi poema.
 
 

"DISONANCIAS"


I

Extraviada en la sombra,

busco amparo en el hombre que devasta el hogar,

que trastoca la risa,

que malgasta el calor que dispongo en la mesa.


Me interrogo revuelta

desde cuándo y por qué

tiene savia y raíz este miedo,

y florece en mi cuerpo

ese lirio morado que oculto.


Sombra que por detrás me sigue a oscuras,

grito que como un dardo se me lanza,

cadena de reproches sin testigos.

Me acecha,

me castiga,

me abandona

ese hombre

que dice que me ama.


II

Con golpes y portazos,

regalos y llamadas estridentes,

con platos que se tiran contra el alma,

con voces y recelos,

con escusas,

promesa sin edén,

con la mirada

(que nunca me miró),

con todo

(todo y nada)

él me ataba

diciendo que era amor

ese delito.


III

Hablar con miedo,

hablar midiendo el aire de las letras,

apagar ese brote de la voz trepadora.

Llevar siempre conmigo

redes para ideas

(o para la emoción que se apasiona).

Callar por el temor

de ser abofeteada por la burla.


No ahogaré la palabra

lo único que salva.

No dormiré lo puro

que despierto y alerta

vive

en mi cabeza.



domingo, 28 de noviembre de 2021

Palabras para DICCIONARIA




  Palabras para DICCIONARIA UNA

   

 Leer un libro tan luminoso ha sido una de las experiencias más estimulantes y enriquecedoras en esta época de mi vida, en la cual, se duda si las palabras pueden representar con exactitud nuestro trayecto como mujeres, nuestras sutiles o arrebatadoras sensaciones físicas, o aquella manera profunda y alambicada con la que percibimos la realidad. Este volumen llega como un bálsamo reparador de las grietas y fisuras que dejan los que usan ásperamente el lenguaje, repitiéndolo y repitiéndolo, o sin revisión alguna. Los que lo castigan con frecuencia, los que no aprovechan a sabor las múltiples maneras de abordarlo.

Este conjunto es un maravilloso regalo para todas y todos−, casi una hazaña, una empresa audaz en la cual se ha embarcado un valiente grupo de poetas, para entregárnoslos como un obsequio lingüístico que cosquillea y renueva nuestra psique.

    ¿Por qué no deberíamos reapropiarnos del lenguaje? ¿Por qué no podemos dar un nuevo valor a cada término ya desgastado, buscar un significado más hondo y verdadero a esas palabras que entrelazan a los seres humanos? ¿Por qué no recuperar esa tibieza de las palabras maternales o recoger su cualidad simbólica?

    Si a comienzos del siglo XX algunos movimientos como el creacionismo de Huidobro se atrevieron a explorar la vertiente lúdica del lenguaje, lo hicieron partiendo desde el yo, desde los egos, guiados por un afán tanto de inventiva como de autoafirmación. En cambio, este es un volumen colectivo que parte de una premisa totalmente distinta: “Nace de la necesidad de recoger o crear palabras para experiencias femeninas que sentíamos que había que nombrar”, según versa en la introducción de esta primera entrega de DICCIONARIA, coordinada por Ana, Diana, Eva, Juana, Luz, Mara, Maribel, Nieves y Yaiza, y también por muchas otras mujeres de la Asociación Genialogías, que colaboraron de una u otra manera.

Los cinco sentidos, la poesía, la intuición, lo visionario, lo arcaico… son algunos de los elementos que conforman el territorio de este bellísimo compendio. En él está muy presente la infancia, dándole el valor que nuestras madres le otorgaron, recogiendo el “balsamar”, el “arrorró”, el “suatinar”, así como personajes de cuentos tradicionales, que prestan su cualidad más notable para volver a transitar nuestro mundo de adultas: “pulgarcía”, “luzhada”o “escobada”.

    El perfil del humor, de la ironía y de la risa (que denuncia o revela alguna situación) está muy presente. Me enamoraré de términos como ‘Englorietá’: “Henchida por la lectura o escucha de un poema de Gloria Fuertes”; ‘Yermabuena’: “Por extensión, mujer sin criaturas que es dichosa, y por donde habla exhala olor a chicle de este aroma; o ‘Matraquera’: “Presión social que martillea a las mujeres en sus decisiones sobre la maternidad”.

    Y como las mismas compiladoras nos cuentan en el prólogo, “¡Cuántos nombres también para una amiga! Lucernaria, remedia, solera, ángela, balsarrama, asidera, madrina, comadre… ¡Qué escuela para nosotras! Es decir, qué alegría profunda de mujeres que nos reconocemos, en pie, aprendiendo juntas a vivir”.

    Disfrutad de este libro, iluminaros con su hoguera viva, sentid la dulce sombra de María Moliner paseando por sus páginas, dad vuestra mano a la poeta Enheduana que, desde los albores del lenguaje, escribe sus himnos. ¿Y qué sino a una especie de cántico aspiramos al nombrar? A ese impulso de establecer un fuerte lazo con todo lo que nos rodea, buscando la precisión, la belleza del habla, que atrapa y libera al mismo tiempo la infinitud del mundo.

Marina Tapia





viernes, 26 de noviembre de 2021

Invitación a leer "Golpeando el silencio" de Concha Lagos

 




    No dejéis de leer “Golpeando el silencio” de Concha Lagos, un libro que ha recuperado la colección Genialogías de la editorial Tigres de Papel y que, por primera vez, se publica completo en España. Os encantará adentraros en su vida creativa y cultural, a través del prólogo tan completo escrito por María Teresa Navarrete, y seguro que disfrutaréis con la entrevista inédita realizada en 1986 por Begoña Alonso, y con las dos cartas a Concha Lagos (una escrita por Emilio Prados y otra por Concha Méndez) que esta edición nos regala.

    El libro es un festín de poemas admirables, como algunas de sus elegías (a un cesto de mimbre, a una cocina, a un jardín, a un árbol o a una clase). Ellas nos ilustran certeramente acerca de la labor que han realizado muchas de nuestras poetas y mujeres a lo largo de la historia, al vivificar esas cosas elementales, esos espacios íntimos, esos elementos usados diariamente, al prestarles voz, estableciendo con ellos comunión y comunicación, iluminándolos, para luego partirlos como pan que sacia nuestra hambre de verdad y belleza.

    El conjunto está lleno de preguntas, incluso uno de los textos se titula “Pregunto”. Rebosa de reflexiones de gran calado −aunque de apariencia sencilla− “Que nadie diga ayer/ ni vuelva la cabeza. El camino más corto/ es el de la esperanza. Por él se llega a Roma./ Y también a la vida.”

    Nuestra autora recurre en muchas ocasiones a una sutil ironía, como cuando afirma “¡somos civilizados!”, o cuando en el poema dedicado a los poetas exiliados (no necesariamente católicos) dice “sé que soñáis la plaza y el santo de la ermita”. Pero, en esa línea de homenajear a otros escritores, destaco el bellísimo texto dedicado a Miguel Hernández: “Dicen que era de barro,/ con luz en la mirada./ Sembró la flor del trigo/ y recogió cizaña […] “no le valió el amor/ ni el fuego de la entraña./ Ni siquiera los versos, su canto de esperanza”.

    Concha actualiza, da un nuevo valor a la conversación con Dios y a la tradición bíblica, apelando a ese elemento social con el que se ha hermanado, muchas veces, la espiritualidad: “Que solo hable del hambre/ el que su pan comparta. /Que solo el agua nombre/ el que la sed apague”, “a la puerta del pobre nadie puede llamar/ porque ni puerta tiene”, “Por todos mi oración en cruz elevo/ desde estos surcos, mares y salinas,/ arroyos, lomas, tierra de esta España./ Que nadie nos la cerque con alambre de espino”, “Caínes bien nutridos/ con un salvoconducto/ para toda la inmundicia”.

    Sentimos su vocación de diálogo con el lector a lo largo de todo el volumen; sus poemas no son un soliloquio, sino un ejercicio de tender puentes, una invitación a dilucidar, a restaurar −a través de las palabras− el dolor por un mundo destruido por la guerra.

    Los seis sonetos que abren el libro, marcan la pauta de los temas que luego la autora desarrollará con otras estructuras más fluidas en su forma, por ejemplo la silva libre.

    También es importante resaltar que la poeta retrata con maestría y sin pudor la situación social de la mujer en aquella época: “ Estoy en mi trajín/ del verso y de la casa./ Al fin una es mujer/ y no está bien mirado/ ahondar en las costumbres,/ ni enmendarle la plana/ a los que tanto saben”.

    Este magnífico libro es un compendio vivo de historia filtrado por la pureza y la lucidez de Concha Lagos, una escritora que supo nombrar aquello que latía en el tiempo que le tocó vivir. Su voz recorre con decisión la biografía personal que se mezcla, en un zigzag perfecto, con la existencia colectiva. Leer “Golpeando el silencio” es restaurar la memoria, es un acto de justicia con todo el florecimiento cultural que quedó disperso, con todas las exiliadas y los exiliados “errantes, a deshora, andariegos de oficio, peregrinos”.




Marina Tapia





domingo, 21 de noviembre de 2021

Aproximación a "Los cuerpos oscuros" de Juana Castro

 



Aproximación a "Los cuerpos oscuros" de Juana Castro

 

    Hacía tiempo que no me encontraba con un libro tan potente, tan bellamente escrito y, por qué no decirlo, tan perfecto. Aunque se sustente sobre el tema del dolor, las palabras más bien, cada palabra escogida trascienden lo contado y elevan el espíritu; podríamos decir que se nos vivifica a través de la vejez y de la muerte, que salimos renovados, deseando enfrentar las etapas de la vida con la misma entereza que la autora. Infancia, guerra, enfermedad, lazos familiares, rituales cotidianos, lo que dejamos y lo que nos espera, de todo eso nos habla quedamente Juana Castro. Nos toma de la mano, seduce nuestra escucha que se vuelve ávida de oír, con ese ritmo musical y maternal, con esa voz envolvente que captura la realidad más escondida. La autora nos invita a su casa de percepciones exquisitas. Degustamos un lenguaje con sabor a tierra y a tradiciones que, lamentablemente, hoy en día se va perdiendo. Nos dejamos arrullar por palabras como: baberolas, livor, pigargo, halda, briega o atruenan. Y deseamos que el libro no acabe nunca, que Juana siga con nosotras y nos ayude a sobrellevar, merced a su visión profunda, cada paso doloroso del existir. “Los cuerpos oscuros” es un poemario magnético como la tierra madre, es la naturaleza hecha verso. Leerlo supone una experiencia intensa, en medio de estos días en que los escritos llevan el sello de lo superficial, o tienden a atajos fáciles, a fórmulas complacientes. Son manzanas caramelizadas y no los dátiles toscos −y a la vez dulces− que la autora nos regala.

    En la primera parte del libro, el agua y el mar son usados como metáfora del devenir que no puede contener el dique de nuestra voluntad. Con gran acierto, la enfermedad de los padres mayores de la poeta se va hilvanando con un delicado hilo líquido: “con ellos oigo el mar./ Oigo el mar y visito los huecos/ de la sombra en sus labios.”, “perdidos en la barca/ de la orilla y la cama.”, “y os dejo con la lluvia y el temblor de los trenes”.

    Otro elemento que sirve de eje a lo largo de toda esta emotiva narración poética, es el acto de comer, esa ofrenda nutricia que nos otorga la madre desde el primer momento. En la lectura volvemos a recrearnos con los goces sencillos que despiertan los alimentos. Esto se aprecia en el título del poema Hubo un manjar de oro, que hace referencia a los garbanzos: “mis canicas rosadas y jugosas/ igual que sus pezones que soltaban gotitas”, en el poema Mordedura (“para tus manos grises/ de cristal y avellana”) o en Retornos, magnífico texto donde Juana hace un recorrido vivencial partiendo del inicio de la dentición (“apuntan los primeros/ incisivos de azúcar/ en la primera encía:/ la boca es una fiesta”) para concluir que “el mundo es una fiesta/ que nos deja desnudos […] latiendo todavía en la condena/ de un amor ensañado/ que en su vergüenza olvida/ también la sola fiesta de morir.”. Y así, una serie de versos donde el acto de comer se eleva de necesidad elemental a ritual trascendente: “si otra vez soy un niño,/ y en este laberinto de manzanas/ ando solo y me pierdo”, “el sol tiene un aroma de membrillos/ y el esplendor enciende/ su fogata de sed en cada hoja.”

    En esta obra se alternan las voces, la cuidadora, la madre-niña, la hija que habla desde el pasado o desde el presente, el padre… No siempre sabemos con exactitud quién nos relata, quién desgrana sus sentimientos. Juana es un pozo que atrapa los múltiples ecos y, sorprendentemente, podemos oír incluso el nuestro.

    No hay poema que no deje huella en este volumen, no hay textos de relleno ni tanteos, cada uno cava una zanja profunda en los lectores. Poesía que roza la filosofía. Poesía con peso de plomada, difícil pero suave en su degustación. Escuchemos la voz de Juana Castro, tan necesaria, dejemos que esta maestra nos alumbre.

    Bellamente editado por la editorial Tigres de Papel y perteneciente a la colección Genialogías, el libro cuenta además con un cuidado prólogo de Ana Mañeru Méndez, y con la interesantísima entrevista hecha a la autora por Yaiza Martínez.


Marina Tapia

sábado, 20 de noviembre de 2021

Actuación en la entrega de premios del Certamen Literario "Al borde de lo inconcebible"

Fue un gusto amenizar la entrega de premios del XI Certamen Literario de Relato Corto para Jóvenes "Al Borde de lo Inconcebible Villa de La Zubia", que se llevó a cabo en el Centro Carmen Jiménez el día 27 de Noviembre de 2021. Os dejo con algunas imágenes de mi intervención en las que compartí cuentos y poemas (Gabriela Mistral, Antonio Machado, Federico García Lorca, José Agustín Goytisolo y una leyenda japonesa), utilizando títeres y kamishibai.











Vídeo del Festival EXLIBRIS. Ciclo Poesía Latinoamericana

Gracias a Hipólito Navarro que me entrevistó, y a todos los organizadores del evento, en especial a María Ángeles Lonardi.
 
 

Acto contra la violencia machista

Este sábado 20 de noviembre, se ha organizado en el Centro Carmen Jiménez de La Zubia, un emotivo acto recordando a las 37 mujeres asesinadas este año por violencia machista. Depositamos una rosa roja en el laurel que adorna el recinto, por cada una de las mujeres asesinadas, y un grupo de poetas compartimos nuestros textos rindiendo un sentido homenaje.
Esta iniciativa ha sido posible gracias al Ayuntamiento de La Zubia, a la Diputación de Granada, a Alzawiya y al Área de Igualdad de nuestro pueblo, y a la poeta Alicia Choin que nos ha convocado y ha coordinado el acto. Un encuentro anual que, lamentablemente, se tiene que seguir realizando porque cada año tenemos que lamentar más y más pérdidas...
Os dejo con el cartel, con algunas fotos y con uno de los poemas que leí.


Junto a las poetas Rosa Gamero, Rosa Ortega, Alicia Choín y Ioana Gruia.
 

Depositando una rosa roja en el laurel en recuerdo a una mujer asesinada el 2021

 


ENCARGO



Qué voz podrá afirmar a la que cae.

Qué manos lograrán restablecer

a la desvanecida, a la del grito seco,

a esta que soy yo

arrinconada

en un dolor de ruedas que no cesan

en su giro mortal de golpe y beso.


Una voz semejante,

una voz de mujer que nos guie,

que encargue presurosa

a ejércitos de lobas y guardianas

que guarden

nuestros cuerpos.


Una hermana que escuche este llanto

profundo, necesario, sustancial.

Quiero llorar sin culpa,

sin pudor,

sin paréntesis,

deshacer ese ovillo apretado de horrores

que no pude

y no puedo apartar...


Apuntalad mi vida con el brío

que en días sin tormenta repartí.

Forjarme nuevamente con arrullos.

¡Llamad!, vivificad

la fuerza que flamea en mi interior.

miércoles, 17 de noviembre de 2021

Acto en el Centro Lucini de la Canción de Autor

Dentro de las actividades del 30 aniversario del Proyecto Cultural Sur (PCSUR España), se realizó el pasado 13 de noviembre, un recital poético y musical en el cual disfrutamos del arte y de la amistad. Os dejo aquí con algunas de las fotos del evento.
 
Los participantes del acto

Leyendo el poema "Mujer sin celestes"

 

Josefina Martos Peregrín

Ivonne Sánchez Barea

Tarha Erena

el cantautor Juan Trova