sábado, 25 de marzo de 2023

Un gusto colaborar con la revista hispanoamericana Proyecto Cultural Sur. Participo con tres poemas de "Islario" y con algunas ilustraciones que realicé para dicha publicación.




miércoles, 22 de marzo de 2023

Reseña de "Lejos de los caminos trillados" (Sabina Editorial)

Comparto con gran ilusión mis reflexiones acerca de este hermosa obra que la Editorial Sabina tuvo a bien publicar. Un libro que puede acompañar en los momentos de enfermedad y de dolor. Recomiendo su lectura. Espero que os gusten mis palabras. 
 


DIARIO DE LUZ


    Hay creaciones literarias que pueden acompañarnos en etapas concretas de nuestra vida, ser un bálsamo, un ungüento suavizando tiempos difíciles, cuando la enfermedad y sus preocupaciones nos visitan. Y este es uno de esos libros sanadores. “Lejos de los caminos trillados”, escrito a modo de diario (durante el período de un año) por Delfina Lusiardi, abrirá una ventana de reflexión por donde pueda entrar la esperanza gracias a la sabiduría de sus palabras. En él se relata la superación de un cáncer de mama y se reflexiona sobre el cuerpo, su energía, su complejidad. “La vida, que es también cuerpo herido, aprisionado, atravesado por un mal que está prohibido nombrar, esta vida que enseña la paciencia y la espera, es mi maestra”, nos dice la autora. 
 
    Esta pequeña joya, publicada el 2008 por Sabina Editorial, y traducida del italiano por Gemma del Olmo Campillo, cuenta además con un emotivo epílogo de la médica Gemma Martino, donde explica acerca de la fundación Metis Medicina e memoria (asociación que promueve libros como este) y con delicadas ilustraciones realizadas a lápiz por la autora (“Mientras dibujo dejo espacio al silencio y oriento mi atención a los elementos más sencillos de los que está hecho el mundo”, en palabras de Delfina).
 

    A lo largo del libro, Lusiardi va describiendo su experiencia y el proceso de curación a través de imágenes, todas ellas muy simbólicas y vinculadas a elementos de la naturaleza como los bulbos, el ficus, los animales domésticos, el mar o los paisajes. Delfina escucha las necesidades de ese momento por el que pasa, se deja acompañar por otras amigas que sufren o han sufrido el cáncer, va escogiendo pequeñas citas que le dan luz (como las de Simone Weil, que estarán presentes a lo largo de todo el volumen), va dialogando quedamente con todo aquello que la ayude a comprender y trascender lo que vive. Pero la autora no sólo recoge su proceso interior en torno a algo concreto, también se une al dolor que padecen otras personas en distintas partes del planeta, como las afectadas por la guerra de Bosnia o la del Golfo. El conflicto en el propio cuerpo y en el cuerpo colectivo de la humanidad. 
 
    Hay una búsqueda intensa “de palabras reales y no discursos”, un deseo de estar atenta a los sueños y a sus significados, un impulso interno de esclarecer y poner luz en “la dureza de lo real”.
 
    Delfina compara al cáncer con “otras amenazas de nuestro tiempo que pergeñan en la oscuridad destrucciones totales”. Nos pregunta si no hay una manera de hablar de esta enfermedad que no sea el relato lastimero de los distintos achaques o el frío e indeferenciado lenguaje de la medicina. Y concluye: “Pero para hablar no es suficiente con vencer la reserva habitual; es preciso romper un tabú más fuerte que el tabú de la muerte, porque la experiencia de este mal de nuestro tiempo es una experiencia que nuestro tiempo no quiere pensar”.
 

    Amar el pasado, pero separándose de él, estableciendo una relación de independencia con lo que se deja: esa es la última lección que la autora nos ofrece en su bellísimo diario, y que queda resonando como un canto maternal en nuestra escucha. 
 
    Simone Weil es citada en diferentes momentos de la narración, y siempre aportará una mirada oblicua, un contrapunto necesario. Los fragmentos escogidos darán a la autora −y a nosotras− paz, profundidad, fuerza. Esa es la magia del diálogo con las mujeres sabias que nos han precedido, con las que −con su pensamiento− han apuntalado lo que se derrumba, con las que nos han dejado su filosofía como auxilio y herencia. Weil nos dirá a través de Delfina: “Para pensar la desdicha hay que llevarla en la carne, hundida muy adentro, como un clavo, y llevarla largo tiempo, a fin de que el pensamiento pueda hacerse lo bastante fuerte para mirarla”. Y es cierto, sólo quien experimenta la adversidad puede adquirir esa sabiduría capaz de sanar el alma.
 
    Y justamente esa es la bondad de este diario, abrir caminos luminosos a las que atravesamos cualquier embate de la vida, otorgarnos ese consuelo de hermana a través de las palabras precisas. No dejéis de leer “Lejos de los caminos trillados”, nuestro tiempo requiere un camino nuevo y obras como esta.

Marina Tapia


sábado, 18 de marzo de 2023

¡Qué gusto volver a participar en el Día Mundial de la Poesía! Este año leeré junto a: Eduardo Castro, Josefina Martos Peregrin, Juan José Castro, Pedro Enríquez y María Sánchez-Saorín en El Corte Inglés a las 19:00 horas (Carrera de la Virgen). ¡Amig@s, os esperamos el martes que viene!







jueves, 16 de marzo de 2023

Reseña de "Todo lo que arde" de Mada Carreño (Sabina)

 Quiero honrar con mi memoria a la gran mujer que fue Mada Carreño y que, lamentablemente, como tantas otras exiliadas, ha quedado en el olvido. Espero que os guste la reseña que he escrito del libro "Todo lo que arde" (Sabina editorial) y que CaoCultura ha tenido a bien publicar.
 


 

BÁRBARA PUREZA


Se le abren a una las carnes al leer a una excelente poeta sabiendo que nunca antes has escuchado nada sobre ella, y al constatar, con sorpresa, que nunca la has visto citada en algún artículo o antología. “Una autora tan genial como desconocida”, en palabras de las editoras. “Una transgresora delicada”, según su hija. Estamos de suerte, porque por fin está al alcance de todas y todos la interesantísima voz de Mada Carreño, publicada por Sabina Editorial el 2022, en su colección Mínima: “Hemos seleccionado para esta edición una gran parte de sus poemas de adolescencia y juventud (1929-1936) escritos entre los 15 y 22 años, poemas escritos en la guerra (1936-1939) entre los 23 y 26 años y poemas escritos durante el éxodo y el exilio (1940-1955), ya en México, donde vivió hasta su muerte, además del poemario completo Poesía abierta”.

Poco a poco, a lo largo de la lectura del conjunto titulado “Todo lo que arde”, cuando afinemos nuestra escucha, podremos entrar en ese universo denso de sonidos claros y expansivos, en la maravillosa arquitectura de sus versos: “Quisiera no aprender ni saber nada/ encerrarme en mi bárbara pureza/ con tal de no rozarme con tanta podredumbre/ tan profusamente perfumada”. “Bárbara pureza”, eso es lo que conserva la poesía de Mada Carreño y aunque en el volumen se recopile su obra de distintas épocas, hay algo germinal y auténtico que sirve de hilo conductor del libro. Quizá su textura poética tan especial, provenga de su manera de reflexionar, o de esa musicalidad tan marcada (rozando lo sublime tantas veces), de ese no detenerse excesivamente en lo cotidiano, del lanzarse sin miedo a perfilar las verdades que escuecen, del deseo profundo de atesorar sensaciones mínimas que va más allá de lo concreto. Quienes nos dedicamos a subrayar los versos memorables o hermosos, terminaremos haciendo un verdadero mapa de líneas, un camino de paralelos y meridianos cruzados.

La guerra, la posguerra y el exilio vibran con una fuerza estremecedora y, a la vez, elegante y contenida. El poema “Alambradas” impacta con esa visión de las mujeres que ya no pueden (como siempre lo han hecho) prestar su ayuda a otros, consolarlos, brindar el auxilio que requieren: “Pero aquí/ en nuestro mundo cerrado de alambradas/ sólo hay mujeres de tenebrosos ojos/ agrias mantas oscuras de sangre/ y la sombra/ de una insoportable bayoneta cruzándonos el rostro./ Qué brazos tenderíamos/ a hermano, madre, amigos,/ niños extraviados?/ Pero estamos sin manos que tenderles”.

La autora canta también a las fuerzas primordiales como el mar, la lluvia, la noche, el viento o el agua dándoles una viveza nueva y una intensa carga simbólica, personificándolas hasta convertirlas en el reflejo del mundo y, a la vez, en elementos salvadores que sirven como un refugio.

Mada Carreño merece ser leída con atención y sin prejuicios, especialmente en sus poemas de cierto calado religioso, y siempre contextualizando su diálogo ascético en su época y en su vida, en el abanico de significados que suele tener la fe en tiempos de guerra y exilio. Sucede lo mismo con la poesía de Ernestina de Champourcin y de León Felipe, debe ser recibida bajo esta premisa. “Quiero creer en Dios para creer en un renacer”, nos dice la poeta, “para no tener que entregarme a la religión/ breve, fría y precisa de una pistola”. En su diálogo con lo divino no sólo hay rezo, también hay cabida para el grito, “ése que nos silencia y nos rasga en dos partes”, para lo desgarrado y para la pregunta incisiva que busca la verdad. Y como explica su hija Saide Sesín en el texto que sirve de prólogo (artículo publicado en la revista mexicana Alforja en 2001), “su lado melancólico, su espiritualidad, su visión mística, sus antepasados celtas, su gusto por los espacios abiertos y la libertad inspiraron en Mada una poesía intensa, donde con delicadeza da cuenta del dolor del mundo”. En “Desde el aire” plantea esa tensión entre la humanidad y lo sagrado, por medio de la imagen de dos cielos opuestos entre los cuales vuela el ser humano.

Y qué mejor cierre para el libro que “Juana Inés de la Cruz”, poema de una belleza inusual dedicado a esta gran escritora mexicana. En un texto dividido en tres partes, Sor Juana es cantada mediante versos y calificativos tan arrebatadores como los que siguen: “experta química”, “tus manos que adelgazan insospechadas fugas”, “qué sonrisa tan fina/ tan fina que un cuchillo no sabría doblarla/ se abre en tu rostro”.

Es posible que estos dos versos (“Sacrificar los dones del calor y la sangre/ a un momento sin tiempo”) describan con precisión lo que hace la poeta: sacrificar la descripción matemática, lo narrativo o el caudal de emociones sentimentales fáciles de trasladar, en pos de ese algo intemporal y trascendente que, a quienes los leemos, nos parecerá un presente abierto, atrapante, una realidad en la que podemos entrar sin dificultad. “Todo lo que arde”, de Mada Carreño, nos reconciliará con parte de la historia que emigró hacia otras tierras y que, por fin, tenemos de vuelta para curar las heridas de la memoria.


Marina Tapia



miércoles, 15 de marzo de 2023

Mi reseña de "Ciega claridad" en Ideal

Mi reseña de "Ciega claridad", el magnífico poemario de Pura Fernández que presentamos en Guadix, lo publica el periodista Antonio Arenas en Ideal en Clase. Os dejo con el texto completo:


ESA LUZ QUE SOSTIENE

No necesitamos entender completamente todo lo que está escrito. Eso es lo mejor de la poesía: puede recibirse el mensaje sin una claridad detallada, o que nuestro intelecto diseccione en su integridad cada verso. El poema permite pintar en la mente de cada persona un cuadro distinto, volcar diversos colores en el lienzo de la percepción. O hacer que revivan momentos perdidos en el fondo del pasado, instantáneas de sueños o sensaciones olvidadas. Esa es la magia de la lírica. Y Pura Fernández Segura, en su “Ciega claridad” (Entorno Gráfico Ediciones, 2022), comulga con esta virtud inherente a la poesía, y además lo hace en un inspirado estado de búsqueda.

En su libro, nos acerca a una sabiduría antigua y a la vez vigente, al estoicismo, a templos y ritos, al misterio del amor, al dolor de la pérdida. Pondrá de manifiesto la luz que guardan diversos elementos en los que posa su mirada reflexiva.

Con una voz serena, casi de sacerdotisa, la autora nos invita a pasear entre las columnas de un saber arcano que aún llamea en los símbolos que cita: pábilo, odre seco o sepulcro. Al tenor de su fraseo, los ambientes que levanta se colorean con un tinte cálido, crepuscular, envolvente. Va allegando piezas alegóricas para evidenciar esa tradición de la cultura grecolatina (y de tantas otras) que −subterráneamente− irriga nuestro tiempo.

La poeta se sabe deudora de una tradición, de unas claves y de un espacio más denso y complejo. Es por eso que su voz se sitúa con humildad, pero también con propiedad, sobre pilares clásicos a los que sabe otorgar nuevas dimensiones. Nos dice: “Tras el celaje he visto/ lo que nadie quiso ver:/ mis manos rebosantes/ en días de entrega/ y vuelo sin fisura./ Ahora la noche cerrada esparce/ un perfume humilde a crisantemo./ Y todo se enturbia y descompone/ revelando la falsa certidumbre/ de habernos creído de otra estirpe”. Este bellísimo poema-ofrenda guarda gran sensualidad y parece seguir la estela de la poeta Safo. En otro de los sutiles textos que componen el libro podemos leer: “Antes de que amanezca, luna,/ he decidido devorarte./ Beber tus jugos,/ nutrirme con tu savia./ Transfundida en mí, serás acaso/ lucero mínimo, pozo silente”. Vemos aquí a una mujer selenítica, una potente imagen con múltiples interpretaciones.

Pura Fernández profundiza en los elementos de la naturaleza como quien ofrece a los dioses, en el final del día, un canto de redención ante la monotonía o la trivialidad. Nos abre una ventana a los sortilegios, por ejemplo el de la luna transmutada en Celestina. La luz como hilo conductor, la luz incontestable desde Ulises hasta la actualidad, baña suavemente las páginas del conjunto. La escritora alza personajes desde la mitología o desde la historia, los invita a su banquete de versos, dialoga con ellos, los interroga, los desacraliza, los reinterpreta: Casandra, Rut o Senén Hisjrím son algunos de los convocados.

Nos saldrán al paso ecos de Omar Khayyam, de Kabir, o de los poetas arábigo andaluces, no sólo por la ambientación de los textos, sino también por su tono. En el volumen, hallaremos profundidad, meditación y hondura y, además, un espacio para la ironía (con la combinación excéntrica de palabras, buscada o azarosa, que alumbra una doble lectura) o la introducción de guiños a la actualidad, muy bien incorporados.

El poema “Peajes” es toda una declaración de principios:

“Solo algunos eligen vivir
a la intemperie.
El resto escoge el cauce
de ríos previsibles y navegan,
a su amparo, hasta la desembocadura.
La travesía exige asumir el canon,
abonar costes.
Yo no quise peaje en esa barca.
Ha sido mi ejercicio el ir contracorriente
hacia las tardes de puerto clausurado.
Y esperar que suceda
la clara brisa de los muelles
que arrastre mi existencia a la deriva.”

La segunda parte, “Cerrado de mis horas”, nos lleva por los senderos de los afectos. Transitaremos junto a golondrinas becquerianas, aljibes, bodegones o altas cumbres. A través de diversas imágenes, en las que abundan los pájaros y los elementos aéreos, la autora nos emociona con los sinsabores y placeres del amor. Para luego cerrar el libro con “In Memoriam” compuesto por dos emotivos poemas dedicados a dos personas muy queridas de su familia.

Acojamos con la calidez de la luz de estos crepúsculos de invierno de Guadix, el poemario de Pura Fernández, que nos trae la metáfora, la reflexión y la belleza de los imaginarios eternos de nuestra cultura.

Marina Tapia

martes, 14 de marzo de 2023

Palabras de Carlos Eduardo Saa desde Chile

VALPARAÍSO Y SUS POETAS



¡Qué misterio la palabra delos vates porteños hecha flor, sangre de vida, amor y desamor, sueños! En la poesía está la historia de la mujer y el hombre, de éstos y la naturaleza.

Leo a una poeta porteña con domicilio en Granada, España, la ciudad de Federico García Lorca. Marina Tapia, hija de mi gran amigo Iván T. Contardo, es una poeta de avanzada, de estilo y contenido nuevo, dulce, profundo. Marina es interioridad, sensibilidad, expresión elevada y sutil del erotismo.

Hay en ella alma porteña, de los cerros, del plan y la mar. Pero no lo físico, sino la entraña vital de la mujer.

Al leer e introducirnos en sus obras es imposible permanecer estáticos, indiferentes. Nos remece, nos conmueve.

Marina Tapia es un orgullo para Valparaíso. Borges habría dicho de ella que conoce los laberintos de las alturas y del barrio puerto…

(Carlos Eduardo Saa)




domingo, 12 de marzo de 2023

Siempre es especial para mí volver a Fuente Vaqueros, y a su Biblioteca, y poder compartir poesía y amistad. En este caso, con "Mujeres entre versos y cazuelas", un pequeño homenaje a las poetas que han celebrado el mundo de los alimentos y la cocina.














domingo, 5 de marzo de 2023

Reseña de "Sólo lo cierto cuenta" en Nayagua

Os invito a leer mi reseña de "Solo lo cierto cuenta. Libertad femenina y poesía", un excelente libro de mi querida amiga Nieves Muriel (Sabina, 2022). Os dejo con el enlace a la revista Nayagua:
https://www.calameo.com/read/007305939d7f9dd909ebf





EL SENTIR COMO SABER


    En el libro Solo lo cierto cuenta. Libertad femenina y poesía, exquisitamente editado por Sabina Editorial, su autora Nieves Muriel hace un recorrido sensible, revelador y didáctico por lo troncal de la literatura escrita por mujeres (desde el comienzo de la poesía hasta nuestros días, deteniéndose en especial en el siglo pasado), poniendo el foco de atención en los pilares que siempre han sostenido la voz de las creadoras.

    Tal como Nieves nos dice, “hoy la libertad femenina es una noción indispensable para leer la poesía del siglo XX y la escritura femenina en general, siendo una medida de sentido que traduce y permite escuchar lo que las mujeres han dicho desde su propia experiencia”.

    Muriel recorre todos los tiempos, seleccionando poemas llenos de fuerza, independencia y hondura de una nutrida nómina de autoras referenciales, que nos siguen sosteniendo y que son un ejemplo de fidelidad a sí mismas a la hora de escribir y manifestarse. Escoge versos brillantes de poetas muy heterogéneas, todas ellas únicas e irrepetibles, como Concha Méndez, Carmen Conde, Concha Espina, Juana de Ibarbourou, Sor Juana Inés de la Cruz, Alfonsina Storni, Claudia Lars, Ernestina de Champourcín, Ángela Figuera Aymerich, Elizabeth Mulder, Gloria Fuertes, Nuria Parés, María Victoria Atencia, Francisca Aguirre, Isabel Escudero, María Elvira Lacasi, Pino Betancor, Elsa López, Maria-Mercè Marçal, Emily Dickinson, Wislava Szymborska, Juana Castro o María Ángeles Pérez López, entre otras, y que tienen como hilo conductor esa libertad femenina para decir y desdecir el mundo. Ellas “han puesto en juego la potencia de una verdad nacida de su propia experiencia casi siempre en relación con otras”, ellas han iluminado su tiempo y el nuestro con sus versos, con su pensamiento y con sus vidas. Y el valor de su escritura, no solo radica en el trabajo poético que han desarrollado, también en su visión (tantas veces adelantada a su época, tantas veces contestataria pero siempre auténtica). En palabras de Nieves, “la libertad femenina se ha movido siempre en el tiempo y en la historia más allá de la cuestión de los derechos, es decir, más allá de que las mujeres tuviesen o no el derecho de tomar la palabra y de ser consideradas con las mismas oportunidades que los hombres”. Y cada poema elegido aclara muy bien la tesis que va sosteniendo la autora.

    Entre los planteamientos notables que encontraremos, desvelados todos ellos con gran hondura y magníficamente desarrollados en cada uno de sus capítulos, están: la libertad femenina como razón de ser, el relato y el autorretrato, la lengua materna como origen, la originalidad de la escritura femenina, la reinterpretación de los mitos, la afirmación y la preferencia negativa (la negación que hace política), la libertad cantada por las mujeres, la disipación de los límites corrientes entre sujeto y objeto, el círculo sin fin de madres e hijas, el pensamiento de la diferencia sexual o la búsqueda de una genealogía propia y cultural. Son un destilado de más de veinte años de trabajo de investigación de la autora. Y se cobijan claramente bajo la cálida luz de las filósofas María Zambrano y Luisa Muraro.

    Cada parte en la que está dividido este volumen es necesaria. “El sentir como saber”. Y este saber arropa y emociona, por ejemplo el capítulo en el que la autora expone cómo muchísimas poetas van atando un relato propio al de otras escritoras que las precedieron “hay en cada lectura, en cada visita a la casa de la otra, cada visita de nuevo al viejo libro, cada regreso al mismo poema o texto, un encuentro con la otra que es siempre un retorno libre y definitivo a la genealogía femenina y materna y a su conocimiento, nunca perdido del todo”. O el magistral cierre del libro que es casi una alegoría: el hogar materno de Nieves, con su mesa de cocina congregadora, y la figura de la madre “haciendo sin saberlo política de lo simbólico, que es como se llama también la política de la experiencia”. Especial atención merecen las páginas en las que detiene su mirada lúcida en cantautoras, artistas y grupos que, desde la música “de la mal llamada Transición” trajeron esa libertad femenina (Mari Trini, Cecilia, Martirio, Vainica doble, Alaska y Dinarama, Christina Rosenvige, entre otras).

    Leyendo este décimo volumen de la colección Narrativa de Sabina, publicado a finales del 2022, nos vemos reflejadas en la voz de nuestras hermanas que nos guían y enseñan desde todos los tiempos, desde la tradición oral, o desde la primera poeta Enheduanna hasta (por citar a una voz actual de incontestable maestría) Juana Castro. Nos iremos transformando a través de su lectura, porque sus textos nos ayudan a definirnos, a volver a la raíz, a nombrar el pasado y el futuro desde otro ángulo. Nos sentiremos “verticales” (como María Beneyto o Isla Correyero), nos emocionaremos con las “Autobíos” de Gloria Fuertes, que nos siguen reflejando.

    Recomiendo encarecidamente leer este libro, material imprescindible para trabajar con grupos de mujeres, con clubs de lectura feministas, en las aulas o en espacios de crítica y debate. Un libro-pilar que ayuda a ordenar nuestras ideas, a ampliarlas, a confrontarlas, a darle un vuelo social y poético, en definitiva, que mueve nuestro ser a la reflexión y a la acción. Es didáctico, filosófico, crítico, es una lumbre que ilumina y da calor materno. Y aunque en él se expongan asuntos extensos y complejos de plantear como la crítica literaria feminista, el orden simbólico de la madre, la “ajenidad femenina” y otras indagaciones más concisas y puntualizadas, es, sin embargo, un compendio amable porque permite una lectura ligada a lo práctico, y porque está escrito desde la experiencia, desde lo vivenciado por ella y por otras, en un ejercicio de relación. Por eso mismo, nos resultará veraz y cercano, conteniendo siempre como todo buen libro varios niveles de lectura.

    Por eso subrayo la emoción que nos transmiten, no sólo los poemas, coplillas y fragmentos escogidos sino la voz de la autora. Nieves teje con sabiduría una delicada red, atiende a un deseo profundo que late en las búsquedas de este momento crucial que atravesamos. Voz de hermana-hija-madre-amiga, voz de poeta, filóloga, filósofa y heredera de las enseñanzas de sus maestras. Voz para alimentar estos tiempos en que no siempre nos encontramos a gusto con los postulados y luchas actuales, para buscar un asidero más concreto y sustancial, más claro y con una nueva mirada que se pose sobre el pasado, otorgándole a la voz de las mujeres el valor y la grandeza que siempre ha tenido, esas voces que invariablemente han permanecido con su flama encendida, iluminando cual antorcha.

    Dejémonos guiar por esta maravillosa proclama que Nieves nos lanza: “Las poetas no piden libertad, ni la palabra. ¡La anuncian! Y el gesto es un quiebro que ha hecho historia.


Marina Tapia


miércoles, 1 de marzo de 2023

Poema e imágenes en la revista Manifiesto Azul (nº23)

Con gusto comparto el enlace del nº23 de la revista "Manifiesto Azul", publicada por el Colectivo Iletrados, donde participo junto a otr@s creador@s como mi querida amiga Josefina Martos Peregrín. La revista se puede descargar en PDF de forma gratuita y, si estáis por Murcia, podéis asistir a la presentación (viernes 3 de marzo, en "El Sur" a las 20:30). Os dejo con mi participación poética y plástica.






sábado, 25 de febrero de 2023

Entrevista en Cuadernos de Sur

Feliz por esta entrevista en el suplemento Cuadernos del Sur del Diario de Córdoba. Un millón de gracias a Francisco Antonio Carrasco por su interés y por sus sagaces preguntas. Os dejo aquí con el contenido y el enlace. Espero que os guste.


MARINA TAPIA

Francisco Antonio Carrasco


¿Casualidad? ¿Excitación poética? ¿Alineamiento astral? El caso es que en 2022 consiguió un hecho insólito: la publicación de cuatro libros de poesía el mismo año.

Viajera infatigable, Marina Tapia (Valparaíso, Chile, 1975) fijó su residencia en España en el año 2000 y desde 2013 vive en Granada. Ya en nuestro país, ha desarrollado una intensa actividad como poeta, artista plástica y divulgadora cultural. Entre sus premios literarios destacan Ciudad de Baena (2018), Joaquín Lobato (2020) y Águila de poesía (2022). El pasado año publicó cuatro libros: ‘Corteza’, ‘Un kilim de palabras’, ‘Bosque y silencio’ e ‘Islario’. ¿Alguien dijo que es difícil publicar en España?

-¡Cuatro libros en un año! Creo que esto merece una explicación. ¿Qué ha pasado?
Pienso como tú, Francisco, yo no buscaba eso pero ha venido así: ‘Un kilim de palabras’ lo envié a El sastre de Apollinaire, sello independiente que me encanta porque escoge muy bien lo que edita. Pasó el tiempo y me olvidé de ello. Fue una gran sorpresa cuando recibí, tras la pandemia, un correo del editor diciéndome que le había encantado el libro. En ese momento también se falló el Premio Águila de Poesía y resultó ganador ‘Bosque y silencio’. Además, acababa de salir ‘Corteza’ con El Envés. Y el remate de ese 2022 tan fructífero fue ‘Islario’, otro “sí” de la editorial Amargord. Lo bueno es que cada libro aborda diferentes temáticas y tiene distinto tono. Se han ido presentado dándoles a cada uno su espacio. Como ves, a veces son las circunstancias las que mandan.

-‘Corteza’ es una toma de conciencia, una liberación personal. ¿Cuánto cuesta plantarse ante la vida, rebelarse a todos sus dictados y decir ahora voy a tirar yo para adelante “…a tientas, sola, pero libre”, como expresa en su primer poema?
En ‘Corteza’ busqué fijar mi camino vital y sus aprendizajes, recoger múltiples fragmentos del pasado. Hay textos escritos en mi adolescencia y otros de mi etapa en Madrid: con su experiencia de la extranjería y la toma de conciencia de los obstáculos que tenemos como mujeres. Veo en su primera parte, ciertos paralelismos con la poesía de Maria-Mercè Marçal, un intento de acercarse a lo profundo, en donde la imagen y el concepto tienen gran protagonismo. Son poemas cortos y concisos. He preferido la precisión, adjetivar poco y encarar lo que me ha marcado. Hay una especie de redención con el pasado a través de la lírica.

-Adiós al padre, a sus normas (“Huyeron como Judas / tu credo y sus lecciones”); a la dictadura chilena (“Me fugo del rencor que apacentaste / del muro levantado entre nosotros”); a las imposiciones sociales (“Quiero plantar estrellas en mi cielo/ desvestir cada sombra / de este pecho lisiado”). Debe ser doloroso asumir todo ese engaño y emprender una nueva vida.
La figura del padre es simbólica, y va más allá del patriarcado, remite a lo asignado, a lo que se espera de nosotras, a los parámetros de nuestra valía. Poner sobre el papel las luchas internas contra los modelos sociales es un ejercicio de paz (como ya hice en ‘50 mujeres desnudas’). Dijo mi paisano Jorge Teillier: “La poesía es respirar en paz/ para que los demás respiren”. Pretendía reconciliarme con las aristas de la memoria.

-Sin embargo, ese miedo es difícil de desterrar, permanece aunque tomes conciencia de él: “Me sorprendo sintiendo temor ante un hombre, / bajando la vista, / pidiendo perdón”.
No hay mayor elemento de paralización que el miedo. Bajo su influjo, no siempre se puede reaccionar. Deseaba retratar esos momentos de parálisis que muchas mujeres hemos experimentado. Que algo tan simple como caminar por una calle de noche implique riesgo, es un reflejo de un mundo no tan igualitario como se proclama.

-En esa sensación vital que describe, la duda es uno de sus temas fundamentales: “Qué fértil es el charco de las dudas, / qué cierto lo que oscila, / lo que tiembla”.
Aunque en mí predomina la celebración, la vitalidad y el asombro (como en mis libros ‘El relámpago en la habitación’, ‘Jardín imposible’ o ‘El deleite’), en ‘Corteza’ me he adentrado en zonas más turbias y oscilantes. La duda guarda una semilla de humildad y de deseo de superación. No hay nada más arrogante que la seguridad.

-Quiero resaltar también, porque está muy presente en su obra, el reconocimiento a las mujeres poetas que la han precedido, de las que se siente herederas. Mujeres como Emily Dickinson.
Crecí bajo la figura de Gabriela Mistral, su voz estaba muy presente en la educación chilena, y desde muy joven leí a Alfonsina Storni y Juana de Ibarbouru o escuché a Violeta Parra. Antes de vivir en España, no fui consciente de este bello matriarcado poético que había heredado. En Madrid reparé en que el canon literario español apenas incluía autoras. Gracias a mi amistad con Ana Mañeru (traductora de Emiliy Dickinson al español) fui conociendo a inmensas poetas como Ángela Figuera, Juana Castro o María Victoria Atencia que, lamentablemente, no tienen toda la visibilidad que se merecen. Ahora me precio de ser socia de “Genialogías”, grupo de mujeres poetas que tiene como principal objetivo publicar los grandes libros de estas creadoras.

-También hay poemas en los que se abandona al paisaje, al silencio, a la luz y los murmullos de la naturaleza. “Quiero ser el rumor que convoca la vida, que sostiene el deseo”, asegura en ‘Bosque y silencio’.
El binomio palabra-silencio y la relación del ser humano con el paisaje son elementos constantes en mi poesía. Me interesa la intimidad con la naturaleza, no desde los tópicos o desde la mirada del romanticismo (distante, contemplativa y con los hombres como seres dominantes); suscitar en las lectoras, en los lectores esa canción profunda de los elementos, por muy modestos que sean, barro, troncos, estratos, todo lo que guarda el paso de las eras. Si una poeta tiene el don de ver belleza en lo mínimo ¿cómo no compartirlo? Como decía Jules Renard, no puedo contemplar la hoja de un árbol sin sentirme anonadado por el universo.

-Entiendo que la poesía para usted es muy importante. “Poesía, / quiero tocarte, / que dejes de ser una abstracción, / la suma de supuestos que persigo”, escribe en ‘Un kilim de palabras’. O asegura rotunda: “Si alguien me pregunta por mi oficio / ¿Qué diré? / Responderé segura soy poeta”.
Estoy en deuda con ella, me ha acompañado siempre. Desde los 6 años memoricé y declamé poemas que fueron la música de fondo de mi educación. He hecho grandes amistades a través de poesía, he conocido a mi compañero el escritor Ángel Olgoso en un acto literario. Y la lectura de poemarios incendiarios, imaginativos, reveladores me ha dado cobijo en tantos momentos. Son muchos años de una estrecha relación con la escritura y la lectura. Me ha abierto un universo de sensaciones, ha ampliado mi mirada, me ha brindado soledades luminosas.

-‘Islario’ muestra su espíritu viajero, la búsqueda de un lugar donde asentarse, el desarraigo quizá de no vivir en su país. “… este cuerpo, que anhela recorrer la tierra entera, / se busca sin respiro en el paisaje”. ¿Ha encontrado por fin su sitio en España?
En mi familia siempre ha habido una pulsión viajera (mi hermano vive en Berlín, mi hermana en París y mi hija en Vigo). Quizá buscamos una parte desconocida de nosotros reflejada en otro lugar, completar ese mapa de afectos dispersos en distintos enclaves.
No sé si mi ciudad definitiva sea Granada, sé que ahora quiero estar allí con mi pareja. Y aunque Dickinson cerraba la puerta de su cuarto con un “aquí, querida, está la libertad”, y entiendo esa postura de saborear el vasto espacio de la intimidad, reconozco que en mí late una fuerza centrípeta que anhela recopilar las maravillas dispersas por el mundo, para entregarlas como una ofrenda en forma de escritos.



jueves, 23 de febrero de 2023

La satisfacción del deber cumplido

Un placer haber participado en este homenaje colectivo a Andrés Manjón en su centenario, y haber escrito expresamente para el libro acerca de un tema que siempre me ha apasionado como es la enseñanza y la didáctica, en las cuales él fue una luminaria. Os dejo con algunas imágenes alusivas y con mi poema.








EJEMPLO QUE CONMUEVE Y QUE PERSUADE


“Quien da el corazón lo da todo”
(Andrés Manjón)


Nos modela un amor ejercido en el tiempo.

Es un brocal de sol,

es un aljibe vivo su lenguaje,

que busca amanecer

en cada niño.



Permanece su espíritu,

una esencia de luz,

una lección-caricia,

una espera pausada

para que los saberes perfumados

florezcan y maduren.



Desde otro siglo envuelto en la neblina,

sus manos invisibles

dan vuelta con paciencia, con dulzura,

las hojas de este libro del ahora.



Permanece su voz, sin alardes,

sencilla como pan,

y en este caracol de los sentidos

acojo sus lecciones que no otoñan.



Permanece su rostro

de sierra vigorosa,

de cueva luminaria,

de valle paraíso

desafiando el estigma

que imprime la pobreza en tantas vidas.



Maestros, seguid dignificando sus escuelas,

trenzando en cada clase, en cada juego:

deber y libertad,

acción,

verdad,

concierto.



Que lo mejor de mí, de cada uno,

despierte y se levante

sobre solar

del mundo.

lunes, 20 de febrero de 2023

El rincón de Amargord. Capítulo 42

Agradezco a Jorge Girbau Bustos que me haya dedicado este programa multimedia tan completo, dentro de "El rincón de Amargord" dedicado a los libros publicados por esta editorial, que se puede ver en su canal de Youtube.



viernes, 17 de febrero de 2023

Hago versos, señores (Gloria Fuertes en La Zubia)

Gracias al Área de Igualdad del Ayuntamiento de La Zubia (en particular a Cristina López Gollonet) por permitirme difundir la poesía para adultos de Gloria Fuertes y su vida, el pasado 14 de febrero dentro del ciclo Mujeres Brillantes, emplazado en el Centro Carmen Jiménez. Gracias al numeroso público que me acompañó, así como a la alcaldesa y a la concejala de cultura por su presencia.