miércoles, 18 de agosto de 2021

"Los palafitos" en el Instituto Cervantes de Tel Aviv




    Ha sido un gusto poder participar como invitada del Club de Lectura del Instituto Cervantes de Tel Aviv en el análisis del relato de Ángel Olgoso “Los palafitos”. La moderadora Fanny Díaz, la bibliotecaria Alicia Martínez y una docena de participantes (Saúl, Eli, Sara, Dror, Viri, Iehudith, Gladys, etc.) alternaron vía Zoom sus interesantes comentarios en un ambiente cordial y elogiaron unánimemente el relato. Os dejo aquí algunas de las ideas expresadas:

-La riqueza lingüística de Ángel Olgoso y la belleza poética de sus descripciones contribuyen a la inmersión del lector en una esfera de extrañeza, de inquietud, de no saber dónde se está para después sentirse parte de ese mundo, lo que conlleva que el lector tenga una actitud más activa.

-Analogía con el tiempo actual en el que nos están desgarrando las certidumbres como al protagonista del relato. Más que una visión fatalista, se trata de una posibilidad de inaugurar nuevos mundos.

-Hay un espíritu melancólico de fondo junto a una sensación de amenaza que crece poco a poco.

-Parece que ambos, lector y personaje, van sintiendo de forma paralela el asombro.

-El relato despertó interés por conocer las pintorescas flora y fauna que se nombran en la historia.

-Se encontraron ciertos paralelismos con el paraíso (reminiscencias judeocristianas o paganas), aunque la amenaza latente que subyace en el entorno lo convierte en una especie de negativo fotográfico del paraíso.

-Este relato va más allá del género fantástico, es una mezcla de sueño, imaginación, ciencia… Se sitúa en una zona de intersección entre la naturaleza y el hombre.

-Una de las cuestiones muy bien traídas por un miembro del Club fue si, en el desarrollo de la narración, el mundo se ha acabado o acaso no ha comenzado.

-Se elucubró sobre el lugar donde estaría ambientada la acción, a tenor de elementos como el coco, la mandioca, los manglares, los dólmenes, etc, que remitían al Trópico, al Amazonas o al Neolítico. Y se habló de la isla de Chiloé, donde aún perviven los palafitos.

-Se apuntó la desconcertante simetría absoluta entre los dos personajes protagonistas, el arcaico pescador y el moderno botánico, desconocedores ambos del mundo del otro.

-Como invitada, comenté entre otras cosas, que Ángel entregó cinco años a su escritura y pulido; que sus textos intentan causar -en este caso- una extrañeza espaciotemporal; que el perfeccionismo estilístico es una marca de la casa; y que Ángel consigue que el lector acepte con naturalidad la demolición de la historia universal.

-Se calificó el final como un gran interrogante, en el que el protagonista acepta la nueva realidad.

    Gracias por esta oportunidad y por dar valor a la obra de Ángel Olgoso, que tanto lo merece tras cuarenta años de intensa dedicación a la escritura.