sábado, 24 de septiembre de 2022

Presentación de "Islario"

Muchísimas gracias a todos los que pudisteis acompañarnos ayer en el Centro Artístico de Granada durante la presentación de "Islario", felizmente escoltada en la mesa por la amiga y escritora Charo Blanco y por el editor de Amargord, José María de la Quintana. Mi gratitud también a Ángel Olgoso, Carmen Salas y  Justa por las fotos. En palabras de Ángel, "Islario" es "una deliciosa Rosa de los Vientos, una exquisita agenda viajera, un elegante peregrinaje poético por distintas geografías, desde humildes y cercanos rincones hasta puntos alejados de otros países y hasta continentes, un hermoso compendio personal del mundo, donde los lugares se yerguen de nuevo en luz y música". 





PRESENTACIÓN DE "ISLARIO" DE MARINA TAPIA
Charo Blanco

Como amiga y seguidora de su obra, estoy convencida de que la vida de Marina está orientada a cumplir un destino poético. La entrega de Marina a la escritura, y en concreto a la poesía es incondicional. “Yo vine para ser/voluble como el sol de la fuente,/para dar lo que pide/cada hora del cielo,/cada verso en que estoy contenida.
Cualquier aspecto de la vida cotidiana, al pasar por su filtro interior, se transforma en algo memorable. Una vivencia, episodio, un lugar, un paisaje, un olor, una textura, un gesto…, cobran una dimensión relevante.
Marina activa “lo poético”: Y lo comunica. Dicen que la buena poesía es hacer poetas a los lectores, aunque no lo sean. Activar lo poético no requiere erudición, pero sí sensibilidad, hondura, cultivo de la estética… y sobre todo un don especial, y Marina lo tiene. Su voz es comprensible, cristalina, y a la vez es telúrica, misteriosa profunda.
Y es que la poesía no solo ha de provocar emoción y conmover, también ha de arrojar luz, y agregar comprensión a la realidad.
En este poemario es evidente un hilo conductor: la búsqueda de uno mismo, de su núcleo y esencia, la tentativa por encontrar en el entorno y en los elementos de la Naturaleza, el yo trascendente. En el primer poema con el que arranca el poemario ya vemos reflejadas una declaración de intenciones:
“Esta isla dispersa/pero nunca aislada,/este cuerpo anhela recorrer la tierra
entera,/se busca sin respiro en el paisaje…” “Aunque transite el mundo palmo a palmo, / es la región indómita,/el viejo paraíso lo que ansío…”
ISLARIO es su décimo poemario. Significación del término: Termino cartográfico, mapa en que están representadas las islas de un área geográfica. Nos ofrece un mapa más emocional que físico. No son exactamente lugares geográficos, por muchos sitios que haya en él referidos, más bien, son escenarios donde su “yo poético” deambula, observa, interroga, dialoga, se deleita, y reflexiona.
Lo componen 29 poemas en los que están recogidos “el trayecto vital” de la autora Desde su ciudad de origen en Chile: Valparaiso a su ciudad de acogida en España: Granada; pasando por otros países como Canadá, Suiza, China…, y otros lugares y parajes más familiares como las Islas Canarias, Cartagena,
Vera, Baeza, Setenil, Fuentevaqueros…. o unos baños árabes. Lugares que muchos de nosotros habremos visitado, pero que al ser seleccionados y recreados se hacen especiales y memorables.

En la poesía de Marina hay una búsqueda del misterio, de la trascendencia. Se observan dos mundos solapados: el físico, que podemos oler, tocar, paladear…, y otro, de índole espiritual, que emerge, se abre camino, despunta desde lo subterránea, e irradia.
Para ello se sirve de imágenes y metáforas a la altura de esa búsqueda. El mar es utilizado aquí como una importante metáfora. El mar como imagen de algo vasto, poderoso, imperecedero, y asociado siempre a otras dimensiones: la luz, el aire, el viento, la tierra, la arena, etc. Son elementos ligados al mar y que en este poemario están muy presentes como símbolos de algo con más significación. Marina habla, dialoga, personifica los elementos.
En ellos la escritora ve reflejado su propio paisaje anímico, emocional, las particularidades de su visión del mundo. Los lectores podemos rastrear una aspiración profunda, un anhelo de anulación del individuo dentro de una totalidad. En este sentido podemos decir que la poesía de Marina entronca con la corriente mística. No lo hace de una manera hermética o incomprensible, pues integra la abstracción con la memoria vivida. Unge lo concreto, lo profano, y lo reviste de sacralidad En relación al mar: Afirmación “…Desbordada de ti, /hambrienta,/ cegada por tu luz,/ espero tu visita,/ la hostia inmaculada de la espuma”, “A mi solo me bastan los senderos que van hacia las olas, esa pisada firme, aquella hondura/los símbolos de un viaje hacia mi misma “… Salva a las que buscan/a las que emigran, como yo,/al reino de las playas primigenias/…
En relación al aire: Archipiélago errante “Supe de tus andanzas siendo niña,/de tus locas carreras desde el puerto a los montes” “Aire, que puedes mover la carcasa del mundo…./que puede recordarnos lo frágil del hombre y su inventiva… “ “…sabes que no podemos apresarte la esencia,/que somos arena, polvo,/ pulso,/desgaste.”
En relación a la arena: Espejismo feliz “… Dejamé que me cubran tus afectos,/ tus materiales tibios,/para volver a ser continuamente, /el cuenco primigenio que sabía, /nombrarte, hacerte suyo.” “Arena, quién te roza/con su cuerpo desnudo/comulga con la voz de los desiertos/añora algo sin tiempo/ algo que intuí.”


Valparaíso y Granada
Marina es de origen chileno, afincada en Granada. Como se dice en la introducción del libro, a cargo de Agustín Pérez Leal, “son datos fundamentales para valorar en su justa medida las sucesivas dosis de
extrañeza, ensoñación, añoranza y necesidad de arraigo.” Dos de los poemas, están dedicados a estas ciudades. El consagrado a su ciudad natal, Valparaiso: Boceto sin modelo y a GRANADA: Razón del
desembarco . Boceto sin modelo: Chile En relación a Valparaiso, observamos en María su fidelidad, su resistencia a olvidar sus orígenes, a que el paso del tiempo desdibuje sus contornos: “…Regalame retratos de ti para encontrarme, para saber que es nítido el ahora” “Es ciega esta plumilla que te busca,/olvida los olores, los matices, /la luz que dibujaba tu perfil. “… Como los cristaleros, me alejo para ver si quedan huellas.” Detrás de ese acento cadencioso, meridional, y cálido hay un origen transoceánico. Gabriela Mistral, en unos versos, expresa la condición de extranjería de una mujer, y muy bien podrían estar referidos a Marina. “Habla con deje de sus mares bárbaros, /con no se qué algas y no se qué arenas/Reza oración a dios sin bulto y peso…”
La travesía que recorre la autora no ha sido fácil. Cuando deja Valparaiso, comienza su periplo que habrá de llevarle a conocer nuevos territorios. Como ya reflejó Kavafis en su poema ITACA, el verdadero sentido del viaje es el camino, la vida misma . ITACA encarna la experiencia y la sabiduría que uno adquiere con los años. Las vicisitudes, incidencias, y privaciones del trayecto las vemos reflejadas en el poema dedicado a Granada: Razón del desembarco.
“Estoy aquí, Granada, ante tus cielos amplios, /ansiosa,/seca,/náufraga.” “He llegado/con mi atril-ataud,/con las ceras que no arden,/y ese hato de ropas vacías… “Grité en el Sacromonte,/con esa voz quebrada del gitano,/y abrí, por fin, la jaula de mi risa.”
Vemos reflejadas emociones próximas al cansancio, a la decepción e incertidumbre: En su poema Afirmación dice: ¡Como cruje la barca que soy,/esa madera vieja, cómo pide./ Gasta tu presupuesto, mar, en mi reforma. No soy de la llanura de los hombres, de su lenguaje duro, de su inarticulado corazón. Este poemario, refleja el viaje más importante, que es la propia vida, Tiene mucho de biográfico. Pero a pesar de las dificultades, en la visión de Marina, hay más celebración, positividad, optimismo y esperanza que lugares sombríos.
El tono de Marina, sosegado, tranquilo, de persona sabia, más se inclina a destacar las zonas gratas y luminosas de su viaje por la vida, que los sinsabores que toda travesía representa. En los versos que extraigo del poemario podemos corroborar su actitud de curiosidad, de asombro, de admiración hacia lo que ve y vive.
Brújula
“Debo sentir la tierra como un todo,/mirar a las ciudades desde el faro/ sensible del asombro. “
Cueva de las Ventanas:
Mirad con qué delirio/el percutor del tiempo/cava, vacía, pule la memoria Qué me moldee el agua del presente, haga una cueva en mi,/ahueque todo dogma encallecido.
Baeza
Qué se agita si acojo/las obras del pasado esculpido en la piedra?/¿Qué lenguaje me cala?/Qué mujeres y hombres desde lejos, repican cual bronce/que manos decididas/ me guian a este ajuar de trascendencia?
Palencia
“La piedra castellana, casi lunar, tan áurea, nos lleva hacia una luz secreta”
En relación a Setenil dice:
Atrápame en tu blanca encrucijada/con estratos de roca, con muros de una vieja fortaleza, con paredes de hiedras, /y un rio minotauro que persiga los pasos del exilio…”
Tajos de Hoz
¿Qué regalo al peñón que me ofrece/tanta vida y susurros de ayer?
Baños Árabes
“Estrellas de ocho puntas se derraman/empapadas de luz/en mi frente./Qué feliz entramado/de mosaico y ladrillo/elevando este espacio/ y mi cuerpo.
Del poema Carthago Nova
Quiero verme en la faz de herrumbrosas monedas,/ser ánfora que cae como gota,/olivo solitario, /o aquella resonancia de gravilla… Yo vine para oírte, para maravillarme con lo ausente, /con tu puerto de siglos y siglos.
Granada/ Fuentevaqueros/Lorca
“Federico,/imagino que vienes del campo y que me dices:/ todos los brotes de este marjal son tuyos, /hay soles de maíz que desgranar,/hay versos que alumbrar junto a la tierra/.
La influencia de la pintura.
Pinta los paisajes que ve. Sus poemas describen esos lugares de forma impresionista: resalta ciertos detalles, insinua, sugiere Motivos desde Zurich.
En relación a la luz dice:
“…ella camina en ráfagas, en sueños, en busca de un instante,/ tan solo de un momento al que pintar./ Por eso la sigo con mi lápiz, /imito la soltura de, sus pasos,/y a veces soy el muro que la aguarda,/la flor que se solaza con su baile…
Carta a Lishui/
Dime tu, giganta dormida,/ si estas manos que ahora te buscan/podrán pintar un ápice siquiera, /una pequeña piedra, /la expresión/de tus montañas verdes, Lishui, /de tu belleza. Esta travesía, compuesta por 29 poemas, termina con un poema de amor dedicado a Ángel, El Sur es tu Norte , en el que el “Yo poético” desea ser también puerto, aldea, morada, paisaje que vela en la distancia.
Y aunque no es un poemario de temática amorosa, la voz que habla invita al objeto de su amor a proseguir la travesía juntos con “versos cristalinos y salvajes”.
Un Poema que ofrece bellísimas imágenes y que ponen el broche final.








viernes, 23 de septiembre de 2022

Entrevista en Ideal sobre "Islario"

Muy agradecida a José Antonio Muñoz por esta entrevista para el diario Ideal el mismo día de la presentación de "Islario" en el Centro Artístico.



miércoles, 21 de septiembre de 2022

Comparto esta reseña mía de "Animales animales", el impresionante libro de Xoán Abeleira. Gracias a Culturamas y a Jesús Cárdenas Sánchez por cederme este espacio de reflexión poética.



EL ARTE DEBE SER COMO UN ANIMAL


Esta rotunda cita de Aristóteles encabeza Animales animales, de Xoán Abeleira, editado con mimo por Bartleby en edición bilingüe (castellano-gallego). Todo un cosmos, un estallido sensual, un acercamiento desde la originalidad al mundo de esos animales que, también, somos nosotros. Xoán hace su recorrido desde los tiempos de las cavernas, con potentes poemas ambientados en las cuevas de Altamira y de Lascaux; transita por exuberantes entornos tropicales, por la mitología gallega o por contextos más urbanos y, en cada uno de estos marcos, el poeta se maneja con soltura, haciendo gala de una voz visionaria y empática, capaz de recoger la rica simbología y significación de todas las formas animales evocadas.

Una voluptuosidad y un erotismo desbordante estimulan al lector a lo largo de todo el libro y, en especial, en la parte titulada “Olca” (poemas de amor animal), donde se nombra sin pudor el sexo, los rituales del cortejo y el apareamiento, las reverberaciones de la dicha.

Sus versos tienen el calor y el colorido de las narraciones orales contadas junto al fuego, tienen la musicalidad de las canciones tradicionales o de los refranes, pero también están embebidos de lo mejor de las corrientes del surrealismo, del creacionismo de Huidobro o del arrojo de Gioconda Belli. Cada animal escogido por el poeta lleva una carga simbólica que va más allá de la visión que comúnmente se le ha dado. Xoán aborda la sustancia poética de cada bestia, rescata su espíritu para establecer un dialogo con las emociones humanas, una concordancia.

Otros escritores se han acercado al mundo recogido en este poemario, como Gabriela Mistral, Olvido García Valdés, María Ángeles Pérez López o como el narrador Ángel Olgoso con sus relatos de Bestiario. Y podemos decir que la aproximación de Xoán es carnal y descriptiva, a la vez que simbólica y chamánica, rescatando los elementos e imágenes de nuestro inconsciente colectivo y buscando restaurar un equilibrio antiguo a través de las palabras.

El autor se conduce incluso con vigor en los textos largos, logrando que el lector no pierda jamás el interés y que se sienta inmerso en ese cosmos vibrante de sonidos, aullidos, texturas, instinto y covas que tan magistralmente retrata.

Si muchos nos preguntamos si, a estas alturas de la historia literaria, es posible sorprender y emocionar al mismo tiempo, tenemos la respuesta en este poemario que es un ejercicio gozoso de lenguaje, de soltura y autenticidad. Jabalíes, tortugas, carpas, vacas, halcones, bisontes, libélulas, lobas, estorninos, gaviotas… nada escapa a la mirada de este compilador de vida bajo el arenal del cielo, todos los animales le valen al poeta para remover nuestra memoria dormida.

Hay que agradecer a Xoán Abeleira (artista polifacético y fuera de serie, además de periodista y traductor) sus notas y explicaciones que hallaremos en las páginas finales del volumen. Tan rico material nos ayudará a apreciar con más exactitud muchos de los conceptos y palabras de origen gallego −o de otras tradiciones y lenguas−, las citas asimiladas en los textos y alguna que otra aclaración sobre su proceso creativo. Todo esto hará aún más interesante el acercamiento al intenso y físico universo en el que este creador nos adentra.

Porque todos somos esos adanes y evas exiliados en otro edén exánime y corrupto, porque todos somos esa gata a la que mataron sus hijos pero que guarda uno a salvo en lo más profundo de su vientre, porque todos somos esas aves de María Zambrano que pierden sus formas al volar y que necesitan de esta poesía metafórica, de esa poesía que nos recuerde aquella época en que los hombres eran animales orgullosos de ser animales. Gracias, poeta, por revivir los ritos que guardamos en lo hondo de la mente, por rescatar nuestra sangre que sueña.

sábado, 3 de septiembre de 2022

Reseña de "Bosque y silencio", por Sandra Sánchez

Muy agradecida a la poeta Sandra Sánchez por su profundo acercamiento a este libro que tantas alegrías me está dando. Reseña recién publicada en el número 7 de Ítaca, revista cuatrimestral enfocada a la poesía, fundada y dirigida por la poeta y periodista Isabel Marina.




RELACIÓN ÍNTIMA CON LA NATURALEZA

Sandra Sánchez


“Bosque y Silencio” (Ayto. Aguilar de Campoo, 2022) es el particular beatus ille de Marina Tapia (Valparaíso, Chile. 1975) -la reciente ganadora del XVII Premio Águila de Poesía- en el que la poeta chilena (residente en España desde el año 2000) se evade del mundo del ruido y el bullicio para nutrirse de la Naturaleza y del Silencio, de la naturaleza del bosque y del silencio que éste lleva intrínseco, que no es necesariamente ausencia de sonido sino ausencia de ruido.

Para Marina Tapia las piedras, las rocas, el bosque, la fronda, los troncos de los árboles, no son cosas inertes sino seres llenos de vida en los que buscar y encontrar el sentido "del estar" en este mundo; no en vano, la primera parte del libro se llama "Búsqueda", "observo cada cosa como cría/ que acaba de nacer", dice la autora en uno de sus poemas.

En “Bosque y Silencio” encontramos alguna referencia bíblica, como en el poema "Zarza ardiente": si en el pasaje bíblico Dios se revelaba a Moisés a través de una zarza ardiendo que no se consumía, en estos versos es la palabra revelada del poema la que la poeta desea que se perpetúe "llama insobornable, / llama interna/ que no se venderá”.

Creo que el poema “Casi venerable” expresa muy bien la intención del libro. Es un poema afín a la poesía mística en el que, al igual que Santa Teresa o San Juan de la Cruz dialogaban con Dios, conversa la poeta aquí con el Silencio: "Silencio, / a ti te busco" dice, y más adelante, en el verso "Aquí tienes mi boca contenida", la autora hace entrega de su ser para recoger el Silencio sanador (y salvador, diría yo también).

Ese silencio lo encuentra Marina Tapia en la Naturaleza, en el bosque, al que llama refugio y al que compara incluso con la madre que arrulla y envuelve.

Del bosque, de los árboles, de la observación de la naturaleza y de su mirada absorta en ella extrae Marina Tapia ese leitmotiv silente de todo el poemario (y empleo el término a conciencia ya que es éste un libro extremadamente unitario y homogéneo en ideas), que se convierte en líquido amniótico en el que "crearse y nacer" y dejarse "estar" para así crecer desde ese punto cero.

En la primera parte, nos hace la autora reflexionar sobre el silencio y cada uno de sus matices -si es que los tiene- como ella misma se pregunta en el poema “Acercamiento”, y nos invita a adentrarnos en él y a escucharlo en “Evidencia”: "Hoy todo es audible, / hasta la música de las esferas. [...] Permanezcamos dúctiles, atentos/ a sus designios".

La segunda parte, "Médula", es un compendio de poemas celebratorios de la naturaleza en el bosque, hogar por excelencia de ese silencio que busca y anhela.

La tercera parte, "Poesía", viene precedida y presentada por la cita de José Ángel Valente (para que exista el poema tiene que oírse, antes que su palabra, su silencio). Excelente síntesis, en mi opinión, de lo que es el misterio del arte de la Poesía.

Uno de los poemas, para mí, más bellos del libro es “Afirmación”, casi una oración de acción de gracias que concluye: "Me sostendrán las ramas de tus versos/ en todas las pendientes de la vida". Presente también aquí la Naturaleza al atribuirle a la poesía ramas/versos como si de un árbol se tratara.

Es en esta parte donde la semilla del silencio germina y nace la poeta y su poesía: "silencios rebosantes/ que hagan florecer la poesía" dice al final del poema “Retos cotidianos”.

Acaba el libro con un poema (“Inquietud”) -con el que muchos de los que tratamos de escribir poesía nos sentiremos identificados- en el que la autora expresa sus miedos a no saber qué decir, paradójicamente a quedarse en silencio, a no poder expresar con palabras el deslumbramiento de la maravilla del vivir; pero queda, siempre, la esperanza y el consuelo del mirar: "Seguiré contemplando/ con el verso atrapado en los ojos/ aunque luego a la luz del papel/ nada quede sellado con tinta."

Poemas, al cabo, para leer a pequeños sorbos igual que un buen vino que degustáramos a solas con la única compañía silente de nosotros mismos.