domingo, 18 de octubre de 2020

El dolor no se ve, se escucha


Ha sido un privilegio participar en el recita El dolor no se ve, se escucha. El pasado 17 de octubre, Día del Dolor Crónico, y organizado por Ana Castro, varias poetas de la Asociación Genialogías, celebramos una emotiva lectura a través de la plataforma Zoom. Os dejo con el poema que leí.





RUEGO DE LA CUIDADORA


Para Ángeles, in memoriam



Sin estorbo

acojo las palabras que regalas,

mientras doy a tu espalda el alivio

que otorgan las pomadas y mi escucha.

Soy como una compuerta

que se abre

donde puede fluir libremente

tu río de quejidos y saberes.

Vivimos cada día encadenadas

a ritos del aseo,

a pautas del menú,

a largas procesiones de pastillas,

a las gotas que calman tu pupila rendida.

Me llevas sin remedio

a la última estación de los caminos,

a intuir el perfil de la muerte.

Y este salón modesto de mi risa

pierde su frescura, y me encuentro preguntas

al cerrar los armarios,

mientras tejen nostalgias

cada hebra de luz, cada objeto,

y un olor de penumbra-desidia

impregna los cajones de las horas.


Ordenar los cojines, disponer la blandura

para tu voz de fénix

que ya no tararea en las mañanas.


No pienses, no convoques, no busques el final,

acomódate aquí, que te traigo

películas antiguas,

libros, discos,

mensajes de lugares,

castillos interiores.


Mira,

el nardo del invierno ya se abrió:

plantaremos un sol en mitad de tu noche.



No hay comentarios:

Publicar un comentario