TEOREMA
Centesimal
finito
tan de restas
es mi vocabulario tan vacío.
No puedo hablar de ti
de tu compleja tabla de variantes.
Y eso que era yo
la que decía:
el día es una recta hacia la noche
y miden setecientas hectáreas mis anhelos.
Sí
yo fui la que cantaba los axiomas
secretos de los días
la atenta pescadora
de ríos de papel.
Y hoy mis mediciones
no logran apresar la intimidad
no pueden dibujar con precisión
la curva de ese hueco
que dejan tus rodillas.
Yo que atajé pronombres doblando las esquinas
y abusé del licor de una vocal
heme aquí
sin texto para el tímpano
y tu definición que rueda
que se pierde
que cae
cuesta
abajo.
Eres teorema
blanco de preguntas
caleidoscopio ardiente
núbil
pasajero.
Se queda tu rumor sin expresión al filo de mi lengua.
No puedo adjetivarte
no puedo retratarte
en un poema.
FUENTE DE LAS LÁGRIMAS
“Ignorante del agua voy buscando
una muerte de luz que me consuma”.
Federico García Lorca
Presentir la muerte en el fango,
en el liquen,
en la vegetación solemne y escondida,
saber que ya me llama Aynadamar,
que prepara un sudario,
un tálamo de tiempo,
un hábito de agua.
Juego de reflejos,
de planos,
de estaciones,
me aguardan en la Fuente Grande.
Desde la telaraña fatídica del fondo,
en la delicadeza de las libélulas que bordan la fontana,
en las plantas fosforescentes,
en la persistencia del musgo femenino,
en la ascensión sagrada de las burbujas,
todo canta,
albercas, cauchiles y atanores,
todo llama,
telúrico lugar,
sus piedras coronadas de verdor,
su comparsa de hierba y rodaje.
Río que entra en mi sien
y largamente me arresta
con sus cristales.
Saber y no saber,
presagiar
el limbo que se asoma en las choperas.
Voy a seguir cantando,
es mi única verdad,
me lo dice aquel olivo
que ha esparcido mi voz en su copa.
Seguirá refulgiendo el poema,
espádice amarillo,
en cada cicatriz de las cortezas.
Y seré de vosotros,
cuando la dula
del mañana
abra
su misterio.
Thank you very much!
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