martes, 5 de octubre de 2021

Presentación de "UN VESTIDO DE GODETS" de Elvira Cámara









PRESENTACIÓN DE “UN VESTIDO DE GODETS”


Buenas tardes, amigas, amigos, muchísimas gracias al Centro Artístico y Literario de Granada, a la Feria del Libro y a todas y todos por estar aquí. Que sea nuestra vida, y también nuestras obras, miradas desde arriba, como un mandala: vibrante, con intención de trascendencia, con esa capacidad de transmitir belleza y paz. Inicio la presentación del bellísimo libro de mi amiga Elvira Cámara con este deseo y con esta imagen que dejo bailando en vuestros oídos. Quiero acompañar el bautizo de esta obra que ha alumbrado la autora con tanta dedicación, segura de que será muy bien acogida en el paisaje de vuestras mentes. Deseo que este conjunto os muestre a vosotros −como a mí me enseñó al contar con el privilegio de leerlo antes de su publicación− ese interesante juego de fabulaciones y vivencias tan bien armonizado, ese prisma tallado con horas, capaz de reflejar la existencia desde otro ángulo. Porque creemos que el arte y la escritura nos salvan, nos iluminan, nos multiplican y nos hacen mejores, por eso justamente estamos hoy aquí, para compartir la alegría expansiva y esperanzadora que genera un nuevo libro, escrito desde la entrega y la sinceridad. El arte de escribir, aunque a veces se vista con ropas sencillas y cuente historias pequeñas y no hazañas, puede dar una dimensión renovada y profunda a todo ser humano que se deja raptar por su visión. Por eso seguimos necesitando historias que nos acompañen y nos ayuden a dilucidar nuestra turbia existencia. Y esto lo sabe muy bien Elvira. Ella busca contar algo que va más allá de su vida, algo que nace de una necesidad interior. Tal como dije en el prólogo de esta obra, que con tanto gusto escribí: 

UN VESTIDO DE GODETS es para disfrutarlo detenidamente, cada texto que lo conforma hay que saborearlo, olerlo, demorarse en su textura, dejar que se rompa como el fruto de la uva y que el sabor estalle en la boca. Es un conjunto que estimula nuestros cinco sentidos; que nos hace evocar sensaciones de la infancia, de la juventud, de otras épocas, de lugares lejanos. Aunque en ellos la imagen sea potente, y el color y la atmósfera plástica nos atrapen, yo destacaría la predominancia del gusto, del olfato, del tacto y del oído, que no siempre se han empleado -y aprovechado- con propiedad en la literatura, y que aquí ocupan un papel decisivo. Elvira Cámara enriquece nuestro tiempo con sus acercamientos de ojo-torre vigía, sabe avistar dónde estarán las historias, sabe encontrar en la cotidianidad las chispas del calor humano.

Imagino a Elvira tratando de ordenar el mundo en pequeñas gavetas de un escritorio antiguo; de impedir que se disipe lo que circula raudo por su mente o por las conversaciones que bullen entre las personas que la rodean; de retener en una página lo que se infiltra desde el pasado a través de la evocación o el sueño nocturno. También la contemplo dibujando un círculo con su mente, una línea para encerrar un instante, un recuerdo, un presentimiento, una estampa con vocación de perpetuidad, para que no se evaporen sobre la superficie de la vida las voces de su interior que quieren nombrarse. Todo tiene que quedar apresado vívidamente en los cajones del relato, en aquellos depósitos materiales de algo disperso. 

Cada narración de este libro mantiene, en su burbuja, una trama que queda suspendida en nuestro pensamiento largo rato, todas ellas conforman un mundo etéreo y a la vez reconocible, al que podremos volver muchas veces más con cada relectura.

Esta sensibilidad para describir sensaciones la podemos encontrar en cuentos como Besos, Amor, Por unos carnosos labios, Un vestido de godets o Invierno en Ohio. También la autora se maneja con soltura en los diálogos -interiores o explícitos-, salpicándolos de veracidad, humor, naturalidad y picardía. Esto lo podemos comprobar claramente en Graciela, Coincidencias, Amigas de la infancia o Figurilla de Belén. Y, de todos los canales de percepción que Elvira despliega para nosotros, quizá sea el auditivo donde más se recrea rindiéndole un homenaje en los textos Concierto para fagot de Mozart y El concierto. Finales sorprendentes como el de Reencuentro, o Sobresaltado, no hacen sino afirmar la desenvoltura con que la escritora se maneja en este género. Otro elemento, muy bien integrado, es el uso de marcas comerciales para detallar y situar al lector en las particularidades de un objeto, y lejos de ser un recurso para dar ese toque contemporáneo y transgresor a una ficción, en la obra de Elvira, es como un timbre de agua sutil y personal. Esto se aprecia muy bien en el jocoso y tan bien resuelto Pandora.

Solacémonos con el estilo rozagante, culto y a la vez cálido de la autora. Permitamos que su fascinación por la búsqueda de la precisión lingüística, del equilibrio entre el contar y el sugerir nos guíe por todos esos mundos que ha rescatado para el goce de nuestros sentidos y de nuestra imaginación. Dejemos que este libro, junto a otros en la mesita de noche, forme una pirámide que nos sacie, tal como propone Elvira en Desayuno de domingo, y que su voz clara y precisa amplíe nuestra mirada".

Estos relatos basados en historias cercanas, cálidas, que confortan aquella necesidad de buscarnos y reflejarnos en otros; estos cuentos tan logrados, escritos por una mujer entregada a la enseñanza del idioma y a la traducción, nos encandilarán como un sol que se abre en un otoño revuelto todavía por los nubarrones de la pandemia, nos darán ese calor tan necesario.

Pero no quiero robar protagonismo a la autora que, seguro, desea contarnos muchos detalles o anécdotas del proceso de creación de este volumen. Y a través de algunas preguntas, iré colaborando para que Elvira pueda acercarnos un poco más al mundo de su obra.


(Preguntas y conversación)



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