viernes, 22 de julio de 2022

Finalista Premio Internacional de Poesía Dama de Baza

Un privilegio el haber sido finalista del Premio Internacional de Poesía Dama de Baza, promovido por el Aula de Cultura y Humanismo. Fue una gozada poder asistir a tan precioso acto. Agradezco al Ayuntamiento de La Zubia por proponer mi candidatura para este galardón, que pone en valor la labor cultural. Y felicito al ganador de esta edición, el buen amigo y excelente poeta Juan Carlos Friebe y a los demás finalistas. Os dejo con las palabrillas que pronuncié y con algunas fotos.









"Doy las gracias al Ayuntamiento de Baza, al Aula de Poesía y Humanismo “Dama de Baza” y a los organizadores de este evento que tienen tan presente la promoción de la cultura. También agradezco el apoyo constante de mi pareja, el escritor Ángel Olgoso, que siempre se entusiasma con cada uno de mis proyectos, con cada uno de mis libros, que me sostiene de manera incondicional. Y, como no, a mi familia que siempre ha fomentado mis inquietudes artísticas.

La poesía ocupa un lugar fundamental en mi vida, y no solo el hecho de escribir, sino también la lectura de ella, la búsqueda de su lugar en la cotidianidad, en los entornos, en el acontecer diario. La literatura y, en especial, el género lírico han enriquecido mi existencia al multiplicar las sensaciones y las posibilidades, al dotar de un volumen plástico lo corriente.

María Zambrano decía “la poesía es lo único rebelde ante la esperanza de la razón” y, justamente, tantas veces componemos un texto invadidos de ese espíritu de sublevación ante una lectura fácil de la realidad, cuántas veces deseamos que los textos desplieguen alternativas, visiones poco frecuentes, nuevas posibilidades. Vicente Huidobro nos señala que “los verdaderos poemas son incendios”. Y creemos con él que el fuego del lenguaje transforma el mundo, podemos incluso comprobarlo, si no hubiera existido Rubén Darío, y tantos otros modernistas, quizás la incorporación de lo diferente, de lo mal llamado “exótico”, de lo particular no se hubiera aceptado con la misma soltura en nuestro imaginario; sólo a través del arte y la literatura se asimila el oleaje, la marejada de cada arremetida de los tiempos.

Mi vinculación a la creación parte muy pronto, a los ocho años ya componía poemas, se podría decir que llevo casi cuarenta años conviviendo con esta delicia de los sentidos y la mente que es la poesía, con este arte cercano que tanto da y tan poco pide: lectura, búsqueda, confianza en nuestra voz propia.

Pero este camino, aunque se viva desde el yo y en primera persona, no es una vía Domitia solitaria, se podría decir que soy hija de Gabriela Mistral, que mi abuela es Blanca Varela o Clara Janés y que mi tatarabuela es Emily Dickinson y tantas otras…

Y he querido transmitir esta burbujeante alegría que me dan los libros a diferentes grupos de personas (de todas las edades) a través del recitado, de puestas en escena con títeres y otros elementos teatrales, de talleres y charlas divulgativas, porque creo que nuestra lengua alcanza su verdadera dimensión cuando se comparte, cuando se pone en relación con la escucha de otros, volviendo a ser −otra vez− algo esencial, como lo fue en el principio de su andadura.

Por eso, estas sencillas palabras de gratitud y en la alegría de haber quedado finalista en el Premio Dama de Baza, sirvan como un saludo cálido y efusivo a todas las mujeres que −desde su trabajo tantas veces a la sombra o silenciado− han ido componiendo mi poética, han ido abriendo los espacios para que se desarrolle −sin estorbo− la literatura de las escritoras.

A ellas y a vosotros que creéis en la libertad que dona la creación os doy las gracias".

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