DOS LIBROS DE MARINA TAPIA
Santos Domínguez
ANDADURA
Mutismo de las plantas, de las rocas,
inaccesible canto de las aves,
por todas partes grutas de silencio,
abismo que no alcanzo a descifrar.
Lenguaje sin palabras.
Destino,
herencia,
sello que nos marca.
Vuelvo a la tierra siempre para oírme,
para acallar al mundo, su discurso,
sus comentarios nimios, las querellas
dialécticas y vanas.
Refugio mis oídos en el bosque,
sin mediación de nadie,
sin tutor.
Feliz ocupación
moverse en las estancias del vacío,
hallar en su sosiego
un verso diminuto que germina.
Con ese poema abre Marina Tapia su libro Bosque y silencio. Y a partir de ese texto inicial, con los pinares de La Zubia al fondo, se inicia una conversación con el paisaje en busca de la belleza externa y de la identidad propia desde una mirada contemplativa a la naturaleza, desde ese lugar en el que se cruzan lo interior y lo exterior, la observación y la meditación para culminar una travesía física y espiritual en busca de la médula que da título a la parte central del libro, cuya parte final es una reflexión sobre los límites de la poesía y la palabra, del tiempo y la memoria:
Destilación de tiempo,
de voces,
de clamores.
Me sostendrán la ramas de tus versos
en todas las pendientes de la vida.
Esa misma fusión de mirada al paisaje y meditación, de palabra y naturaleza, de memoria y presente recorre los poemas de Corteza, que es la transposición poética de un itinerario personal de afirmación en la travesía desde el pasado, en el crecimiento desde las raíces profundas a las ramas altas, en la celebración de lo femenino, como en este ‘Verbo que sobrevive’:
Soy, sueño, vivo, me levanto,
soy niña
que aprende a masticar la savia del lenguaje,
soy mujer
que pare con conciencia
criaturas que puedan
caminar por el mundo,
caerse, rebelarse, decidir.
Estamos conectadas como una red de aljibes,
un engranaje anclado en los afectos.
Y así seguimos juntas repartiendo
nuestra octavilla blanca de paloma
y nuestra libertad de enredadera
sobre este mudo asfalto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario