viernes, 26 de mayo de 2023

Encuentro con Raúl Zurita (Premio Lorca)

APUNTES TRAS EL ACTO DEL 23 DE MAYO 
EN TORNO A RAÚL ZURITA (PREMIO LORCA)




Como chilena, me enorgullece que un compatriota de la altura de Raúl Zurita reciba este merecidísimo reconocimiento.

El acto comenzó con las palabras de la catedrática Francisca Noguerol acuñadas bajo el título “Zurita, piedad por cada átomo del mundo” (con una clara referencia a Walt Whitman). Paca nos dice que este gran autor nos permite ver polifónicamente la voz de todos los que sufren y que su obra es una manera de impugnar el individualismo, ya que él se pone en la piel de todos los que fueron rechazados por su raza, como los mapuches, así como con todos los detenidos, violentados o desaparecidos. Y, en este sentido, vuelve al origen de la palabra compadecer, padecer con el otro. El poeta escribe desde el cielo a la tierra, vemos cómo su obra crece desde todos los espacios y lugares naturales. En su trabajo es de vital importancia el concepto de orfandad, de desamparo. Y, tal como señala el poeta, es curioso que en nuestra lengua no tengamos una palabra para la idea del padre o de la madre que pierde a un hijo, pero sí para el hijo/a que no tiene padres (huérfano). Zurita es un poeta visionario, que contempla el amor como única posibilidad de futuro: “nada persiste y nada vive fuera del abrazo”. Es decir, el amor como raíz de la esperanza.

Luego de esta impecable intervención, el prestigioso hispanista José Carlos Rovira nos emocionó a todos con su aproximación al autor. Sus palabras giraron en torno a la idea de Raúl Zurita como estrellero. Entendido dentro de la tradición de los auto sacramentales, tal como aparece en el de los Reyes Magos: “No había esa estrella en el cielo: para eso soy buen estrellero”.

Y qué potente la propuesta de hacer una “constelación de los caídos”; idea ajena pero que a Zurita le habría gustado alumbrar y que rápidamente apoyó, en la que se planteaba designar a cada estrella contemplada en el desierto de Atacama el nombre de cada uno de los asesinados allí por la dictadura pinochetista.

Para cerrar las ponencias, la poeta y catedrática Eva Valero se centró en el último libro del escritor. Un texto híbrido (aunque la editorial lo clasifique como novela), ya que es una fusión de vida y arte, de biografía, narrativa, poesía y pensamiento. “La poesía adopta otras formas, pero para mí todo es poesía”, aclara el autor en una entrevista que Julieta tuvo la suerte de realizar con motivo de este volumen. Quizá se podría aplicar el concepto de montaje −visual y textual− en su más precisa acepción de esta palabra, nos dice Valero. “Dejaste aquí la cicatriz del mapa de la creación”, “En este trabajo los protagonistas son pequeños seres rotos en un país roto” son otras de las aseveraciones volcadas en dicha entrevista. Veremos en este cuerpo de palabras recuerdos que son aullidos, un grito más personal que se vuelve colectivo, y nos sorprenderemos con el juego del texto en la página (a veces a través de tachaduras, por ejemplo, para visibilizar el dolor de lo que no puede ser nombrado).

Finalmente se dio paso a una entrevista en directo realizada al poeta por la estudiosa Remedios Sánchez, donde él nos conmovió con planteamientos tan impactantes como estos: “Los paisajes son un telón en blanco que uno van llenando con la pasión de su vida”, “todos los que estamos aquí sentados nos asemejamos al desierto y tenemos su color, el de la tierra seca, es cosa de observarlo nada más”.

Gracias, admirado creador, por llevarnos hacia lo hondo de la realidad, gracias por mantener viva la poesía que indaga. Gracias, maestro Raúl Zurita.

*Gracias a Ángel Manuel Martínez y a Carmen Cruz por las fotos y tan grata compañía en el acto.





Marina Tapia

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