miércoles, 11 de junio de 2025

Presentación de "Cien inexactos movimientos", de Antonio Carbonell

He tenido el gusto de intervenir en la presentación de "Cien inexactos movimientos", un cuidado poemario de Antonio Carbonell Sanchez (Entorno Gráfico Ediciones), junto con el poeta y editor Francisco Acuyo. Os dejo con algunas fotos (tomadas gentilmente por Ángel Olgoso) del acto en la librería Picasso de Granada y con el texto que leí, esperando que os anime un poquito a haceros con el libro.




ESA FRECUENCIA ÍNTIMA

<<Presentar un libro con el cual nuestra escritura se siente cercana, hermana en el decir, en las búsquedas y en los parámetros creativos, es una delicia. Apoyar y difundir un trabajo que sabemos y constatamos que se ha hecho a conciencia, depurando al máximo cada poema, tratando de llegar a lo esencial, es estar en comunión con los valores atribuidos a la creación.

Antonio Carbonell, buen amigo, buena persona, es un poeta genuino, con una rutina entregada a la lectura y a la escritura, con una riqueza lingüística, un poeta que sabe allegar muy bien la potencia del símbolo, de lo sensorial y de la imagen a su quehacer. Un poeta, además, intuitivo, que busca en las sensaciones más nimias esa profundidad del lenguaje.

Todos los que nos hemos entregado a la construcción de un poemario, sabemos que no es una cuestión azarosa, que no basta con reunir un conjunto de poemas bajo un título sugerente. Y que tampoco se trata de agrupar el trabajo realizado dentro de unos años determinados, o de seleccionar los poemas más sonoros o llamativos, sino de construir un verdadero ecosistema con sus estratos, sus capas de significado, sus caminos sutiles a las preguntas que todos nos hacemos; es decir, de modelar una unidad que va más allá de lo temático y con una coherencia sostenida por el estilo. Es una armonización de lo que se dice y de lo que se calla, de los versos y del silencio, de la musicalidad y de lo disonante. Un pequeño mundo que reflejará el proceso creativo del autor, los hallazgos vitales de sus búsquedas, la andadura intelectual y emocional que ha dado como resultado un libro.

Y en estos “Cien inexactos movimientos” podemos encontrar voz, tiempo y meditación. Destellos que se hacen verso y estrofa. El vocabulario busca la exactitud, lo particular, no se queda en generalidades, hay una pulsión hacia lo conciso, hacia los términos que acoten la verdad vivenciada. Por eso, los lectores ya cansados de lugares comunes, del tono coloquial y sensiblero de la poesía actual, o del pintarrajeado de escenas tan comunes, agradecemos esta bruma sutil, este dibujo esencial que nos toca completar.

Antonio Carbonell apresa nostalgias y reflexiones: “quién volviera a chapotear en la alegría”, “todo cabe en lo diminuto”, “tras los puntos suspensivos / otra vez soy comienzo”, “lo que no encuentre de valor será lo relevante”, “con manos inocentes urdiremos la coartada del deseo”… Y todas estas perlas atesoraremos, porque la sustancia de su poesía está hecha de aguas profundas, lentas y silenciosas que, con cada nueva lectura, empaparán nuestra tierra.

Pero el poeta no sólo se queda en un yo introspectivo, en la indagación de las coordenadas y movimientos de su mundo, va también hacia la otredad, hacia el dolor humano, hacia lo existencial; medita sobre la historia de los hombres, sobre las huellas del pasado. Se conmueve. Inclina el tallo de su pensamiento hacia el exterior.

Os invito a leer con calma el último trabajo de este autor que ha pasado parte de su vida en Almería y que por fortuna para nosotros, sus amigos y lectores, se nos ha vuelto a afincar en tierras granadinas. Estos “Cien inexactos movimientos”, título que, dicho sea de paso, devela una voz humilde y conmovida, que no abandera la totalidad o se cree en posesión de la verdad absoluta. Él sabe que esa inexactitud comulga con la verdadera poesía, porque, al fin y al cabo, nuestra escritura no es sino un tanteo, una búsqueda inexacta, un movimiento tembloroso en pos de lo esencial>>.





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