miércoles, 15 de marzo de 2023

Mi reseña de "Ciega claridad" en Ideal

Mi reseña de "Ciega claridad", el magnífico poemario de Pura Fernández que presentamos en Guadix, lo publica el periodista Antonio Arenas en Ideal en Clase. Os dejo con el texto completo:


ESA LUZ QUE SOSTIENE

No necesitamos entender completamente todo lo que está escrito. Eso es lo mejor de la poesía: puede recibirse el mensaje sin una claridad detallada, o que nuestro intelecto diseccione en su integridad cada verso. El poema permite pintar en la mente de cada persona un cuadro distinto, volcar diversos colores en el lienzo de la percepción. O hacer que revivan momentos perdidos en el fondo del pasado, instantáneas de sueños o sensaciones olvidadas. Esa es la magia de la lírica. Y Pura Fernández Segura, en su “Ciega claridad” (Entorno Gráfico Ediciones, 2022), comulga con esta virtud inherente a la poesía, y además lo hace en un inspirado estado de búsqueda.

En su libro, nos acerca a una sabiduría antigua y a la vez vigente, al estoicismo, a templos y ritos, al misterio del amor, al dolor de la pérdida. Pondrá de manifiesto la luz que guardan diversos elementos en los que posa su mirada reflexiva.

Con una voz serena, casi de sacerdotisa, la autora nos invita a pasear entre las columnas de un saber arcano que aún llamea en los símbolos que cita: pábilo, odre seco o sepulcro. Al tenor de su fraseo, los ambientes que levanta se colorean con un tinte cálido, crepuscular, envolvente. Va allegando piezas alegóricas para evidenciar esa tradición de la cultura grecolatina (y de tantas otras) que −subterráneamente− irriga nuestro tiempo.

La poeta se sabe deudora de una tradición, de unas claves y de un espacio más denso y complejo. Es por eso que su voz se sitúa con humildad, pero también con propiedad, sobre pilares clásicos a los que sabe otorgar nuevas dimensiones. Nos dice: “Tras el celaje he visto/ lo que nadie quiso ver:/ mis manos rebosantes/ en días de entrega/ y vuelo sin fisura./ Ahora la noche cerrada esparce/ un perfume humilde a crisantemo./ Y todo se enturbia y descompone/ revelando la falsa certidumbre/ de habernos creído de otra estirpe”. Este bellísimo poema-ofrenda guarda gran sensualidad y parece seguir la estela de la poeta Safo. En otro de los sutiles textos que componen el libro podemos leer: “Antes de que amanezca, luna,/ he decidido devorarte./ Beber tus jugos,/ nutrirme con tu savia./ Transfundida en mí, serás acaso/ lucero mínimo, pozo silente”. Vemos aquí a una mujer selenítica, una potente imagen con múltiples interpretaciones.

Pura Fernández profundiza en los elementos de la naturaleza como quien ofrece a los dioses, en el final del día, un canto de redención ante la monotonía o la trivialidad. Nos abre una ventana a los sortilegios, por ejemplo el de la luna transmutada en Celestina. La luz como hilo conductor, la luz incontestable desde Ulises hasta la actualidad, baña suavemente las páginas del conjunto. La escritora alza personajes desde la mitología o desde la historia, los invita a su banquete de versos, dialoga con ellos, los interroga, los desacraliza, los reinterpreta: Casandra, Rut o Senén Hisjrím son algunos de los convocados.

Nos saldrán al paso ecos de Omar Khayyam, de Kabir, o de los poetas arábigo andaluces, no sólo por la ambientación de los textos, sino también por su tono. En el volumen, hallaremos profundidad, meditación y hondura y, además, un espacio para la ironía (con la combinación excéntrica de palabras, buscada o azarosa, que alumbra una doble lectura) o la introducción de guiños a la actualidad, muy bien incorporados.

El poema “Peajes” es toda una declaración de principios:

“Solo algunos eligen vivir
a la intemperie.
El resto escoge el cauce
de ríos previsibles y navegan,
a su amparo, hasta la desembocadura.
La travesía exige asumir el canon,
abonar costes.
Yo no quise peaje en esa barca.
Ha sido mi ejercicio el ir contracorriente
hacia las tardes de puerto clausurado.
Y esperar que suceda
la clara brisa de los muelles
que arrastre mi existencia a la deriva.”

La segunda parte, “Cerrado de mis horas”, nos lleva por los senderos de los afectos. Transitaremos junto a golondrinas becquerianas, aljibes, bodegones o altas cumbres. A través de diversas imágenes, en las que abundan los pájaros y los elementos aéreos, la autora nos emociona con los sinsabores y placeres del amor. Para luego cerrar el libro con “In Memoriam” compuesto por dos emotivos poemas dedicados a dos personas muy queridas de su familia.

Acojamos con la calidez de la luz de estos crepúsculos de invierno de Guadix, el poemario de Pura Fernández, que nos trae la metáfora, la reflexión y la belleza de los imaginarios eternos de nuestra cultura.

Marina Tapia

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