Hace poquito, un poeta que admiro muchísimo y que he tenido la suerte de conocer, Rafael Guillén, ha cumplido 90 años. Por eso, es una alegría poder sumarme a esta felicitación colectiva publicada en SecretOlivo. Gracias a Fernando Jaén y Javier Gilabert por esta iniciativa tan bonita. Os dejo con el pequeño texto que escribí, con el enlace a la revista, y con un poema de Rafael que es una joya.
"La obra poética de Rafael Guillén es muy importante para mí. Cuando llegué a Granada, Ángel Olgoso me recomendó leerlo y me regaló una antología de su obra; pudiendo disfrutar, además, su volumen de sonetos 'Pronuncio amor' que obsequió la Feria del Libro en el 2014. Quedé maravillada desde entonces con su riqueza lingüística, con su musicalidad, con su viveza a la hora de cantar al Albaicín y a otros enclaves de Granada. Comulgo con muchos de sus enfoques y con su visión creativa, también con su acercamiento lúdico y experimental a las palabras, como es el caso de 'Moheda'. Busco, como él, reflejar las texturas de la materia y de su degradación, rescatar términos con el sabor particular de un territorio, es decir, alumbrar poemas sensoriales que retornen a las esencias. En mi libro 'Jardín imposible' tensé esa cuerda del lenguaje e introduje vocablos con acento granadino como 'albercas', 'cauchiles', 'atanores' o 'buhonera'. Y, como él, soy de las que creen que la poesía nace del conocimiento y del asombro, o sea, de la lectura, el trabajo y la curiosidad. Ambos participamos de la concepción del viaje como asimilación y aprendizaje, y compartimos esa condición de viajeros (él estuvo en Chile, mi tierra natal, y me contó con su peculiar gracia los recuerdos de tal experiencia). En mi caso, destilé esta pulsión viajera en 'Marjales de interior' y, sobre todo, en 'Islario'.
Me siento honrada de haberlo conocido y de vivir en el mismo pueblo donde el poeta pasó parte de su infancia, esta tierra de la que Rafael contó: 'Mi infancia fue la guerra civil […] y el miedo nos llevó a vivir a La Zubia'. Soy afortunada de dar un taller de poesía en la biblioteca donde este gran creador tiene una cerámica conmemorativa, que reproduce parte del poema dedicado a La Zubia".
DESPUÉS DEL BAILE
A mí buscadme siempre
después del baile.
Cuando el salón vacío aún conserva
olor a carne perfumada, y gira
el recuerdo de una cintura airosa
sobre mesas y sillas en desorden.
Cuando el último ritmo aún perdura,
gratamente obsesivo, sin un cuerpo
en que posarse.
A mí buscadme siempre
aquí, después del baile. Ésta es la hora
de los que no llegaron a la festa.
Los enfundados, tristes, instrumentos
de la orquesta componen, en gris sucio,
el desolado dorso de la dicha.
Sobre este suelo ya es basura el vuelo
multicolor de los confeti, junto
al cigarro a medias apagado. Vasos,
botellas empezadas, restos
de esperanza inservible.
Entre este humo y soledad, aún queda
la vacía oquedad en donde hubo
una dura muchacha largamente
abrazada. Dios inventó esta fiesta
para darnos la dimensión exacta
de su silencio.
Éste es mi sitio. Aquí me encontraréis.
Aquí, en el centro de la pista, solo,
después del baile.
RAFAEL GUILLÉN
No hay comentarios:
Publicar un comentario