ACALLADO EL RUIDO, EL SILENCIO HABLA
Un rapto poético hecho de percepciones y reflexiones “ad intra” configuraron este poemario titulado Piedra que mengua. Acallado el ruido, el silencio habla.
Marina Tapia (1), exquisita poeta, se nos torna cercana. La suya es una mirada trascendente y trémula diciéndonos. Convocándonos.
En una entrevista (2) reciente en Culturamas la escritora expresa así su proceso creativo:
“En esta ocasión, diría que fue un rapto de tres noches de insomnio. Un rapto propiciado quizá por un escrito en forma de “recado” de Gabriela Mistral en el que decía: «La piedra forma el respaldo de la chilenidad; ella y no un tapiz de hierba sostiene nuestros pies»”. De hecho, este fragmento lo he utilizado como cita inicial del libro. Me llamó la atención que nuestra Nobel hiciera hincapié en la montañas que vertebran el país y no el océano que lo recorre entero de norte a sur. Ella relacionaba este elemento pétreo incluso con nuestra personalidad. O, tal como declaró el artista chileno Francisco Gazitúa, «la sagrada cordillera, ese paisaje absolutamente desmedido, místico, impresionante» marca toda nuestra historia”. Recordemos aquí que Marina Tapia es nacida en Valparaíso, Chile.
Mientras el llano nos hace expandir la mirada en busca del horizonte. El paisaje de la montaña hace elevar la mirada en busca del cielo. De una u otra manera se trata de alcanzar la trascendencia espiritual, que todo poeta necesita para labrar su tierra. Buscar esa semilla que habita el ser de las cosas y aguardarla. Darle su tiempo hasta que se abra en flor y ésta, en fruto. Contemplarla, entonces. Quedarse en vilo. Asombrarse. Al fin, nombrarla. A sabiendas del fracaso que toda expresión conlleva. Merodear, entonces, en torno a lo callado. Dejar que la mano vuele hasta dejarse decir por el lenguaje.
La naturaleza es su abrevadero. En este caso la piedra. “Y con este acercamiento a la piedra, al magma y a lo primigenio he dado otro paso más en este periplo sensitivo por el paisaje”. Antes fueron los poemarios Bosque y silencio e Islario.
La piedra monologa y se ofrece: “En mí levantarás lo que tú quieras: / silencios o poemas. /O escribirás en veta de oro y plata. /Habitaré la casa del ascenso”. Poesía ascensional la de Marina Tapia. En busca de un más allá, que nos ayuda en el ascenso hacia la luz.
En la entrevista mencionada la poeta dice: “Aconsejo a los poeta jóvenes regresar a ese espíritu inquieto y curioso de la infancia, donde la observación y el deslumbramiento eran gestos habituales”. Mi memoria me acerca la frase de la poeta María Negroni: “La poesía es la continuación de la infancia por otros medios”. La infancia, período donde se puede explorar, jugar y asombrarnos. Explorar, como en este poemario con la intertextualidad, con el legado de otras voces. Jugar intercalando en el poema el que será título, marcado con un cambio de tipografía. Deslumbrarse y deslumbrarnos con las múltiples posibilidades del lenguaje y el sentido.
Piedra que mengua nos habla de la piedra: “Piedra matriz/ única fuerza/ sobre la cual gravita mi poema”. Nos habla de su magma, del fuego, del paso de las Eras. De la caricia del canto que la mar ha pulido. Y del canto que rueda transmutado en poema.
La poética de la autora estremece: “Volví para deciros cuánto amor / he visto en lo que rueda y se desprende”. Mi memoria me lleva hasta aquella piedra azul (3), que vivía en el bosque con murmullo de hojas y trinos de pájaros. Marina Tapia escribe y dibuja como Liao y nos habla de la piedra que mengua. Como lo hace aquella piedra azul que sufre desprendimientos y desgarros. Una de sus mitades arrojada a distintas partes del mundo sufre nostalgia de su ser, pero no abandona su busca de identidad. El anhelo de aunar sus partes fragmentadas. Así, todos somos esa piedra que mengua, pero no olvida su propia identidad. Como Marina cuando habla de su Chile natal: Piedra sobre la cual “descansan sus cimientos.”
Poesía vertical la de Marina Tapia. Poesía que eleva y se deslíe en otras voces que nutren y convocan a la poeta. Así, Machado, San Juan de la Cruz, Chantal Maillard, Sor Juana, César Vallejo, Octavio Paz, entre otros. Aquí un fragmento en el que está la voz de Antonio Machado:
“Anoche cuando dormía, /mi latido se unió a su latido, /a la respiración /de este milagro”.
Refiere al poema del propio Machado: “Anoche cuando dormía/soñé ¡bendita ilusión! / que una fontana fluía / dentro de mi corazón”.
¡Cuánto fluye dentro de nuestro corazón cuando calla el ruido y el silencio habla! ¡Cuánto fluye cuando dejamos que el espíritu se aliviane y alcance la mística del poema despojado como un guijarro pulido por el mar!
Nélida Cañas
Córdoba (Argentina), 20 de abril de 2025
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(1)Marina Tapia, Piedra que mengua, Premio XL Certamen poético Ángel Martínez Bigorri -2024.
(2)Marina Tapia, Más importante que escribir es leer, Entrevista por Javier Gilabert, Revista Culturamas, Abril 16 de 2025.
(3) La piedra azul, cuento infantil del autor Jimmy Liao (Taiwán, 1958). Licenciado en Bellas artes, después de 12 años en el ámbito de la publicidad se dedica a escribir y dibujar sus propias historias.
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